Al parecer sí, según las últimas investigaciones realizadas. Estas sugieren que si bien las relaciones sexuales frecuentes reducen el número de espermatozoides, estos aumentan su calidad, porque están menos tiempo expuestos a agentes dañinos. Esto se opone a creencias populares de que evitar las relaciones por un tiempo favorece el embarazo en el momento de tenerlas, pero se trata de un mito.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una abstinencia sexual de entre dos y siete días, siguiendo la idea de que ese plazo permite una acumulación suficiente de espermatozoides sin que su calidad se vea afectada de un modo determinante.
Según algunos especialistas la calidad de los espermatozoides aumenta con la frecuencia de las relaciones entre hombre y mujer. Un estudio llevado a cabo en Australia llegó a la conclusión de que las eyaculaciones diarias durante una semana aumentan la calidad y, por lo tanto, la fertilidad del semen. Los científicos afirman que es porque se reducen los daños y mutaciones de su ADN.
Estos estudios fueron expuestos ante la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología en 2009. El trabajo se basó en 118 hombres cuyo esperma presentaba un promedio de daños en su ADN superior al normal. Es decir, su fertilidad era, en principio, más baja. Pero tras eyacular todos los días durante una semana, el índice de fragmentación del ADN -uno de los parámetros que dañan el semen- se redujo entre un 26 y un 34%. “Parece seguro entender que las parejas que deseen tener un bebé deberían tener relaciones sexuales todos los días durante la semana previa a la fecha de ovulación”, dijo David Greening, director de la investigación, desarrollada en el centro de fertilidad australiano Sydney IVF rebautizado como Genea.
¿Por qué las eyaculaciones frecuentes reducen los daños en el ADN del semen? Aparentemente porque los espermatozoides están expuestos durante menos tiempo en los testículos a moléculas potencialmente dañinas, llamadas especies reactivas del oxígeno (iones de oxígeno, peróxidos y radicales libres).
Sin embargo, Greening también advierte de que las eyaculaciones diarias durante más de una semana pueden reducir demasiado el número de espermatozoides. El consejo es adecuar los plazos para que la mayor calidad del semen coincida con las fechas de máxima fertilidad de la mujer.
Por otra parte, otro estudio anterior, difundido en 2002, señala que mantener relaciones sexuales frecuentes durante un tiempo prolongado es beneficioso para la pareja que intenta tener un hijo. No solo para lograr la concepción, sino además para que el embarazo se desarrolle de forma exitosa.
El sexo frecuente favorece que el sistema inmunitario de la mujer se acostumbre a la presencia del semen.
De esta forma, se acostumbra a la presencia de proteínas extrañas, provenientes del hombre. Según el director de esta investigación, Gustaaf Dekker, de la Universidad de Adelaide (Australia), cuando existe sexo frecuente “su sistema inmunitario permite con más facilidad que el embarazo continúe”, porque reconoce como familiares a los espermatoides de su pareja.
Las conclusiones afirman que las relaciones sexuales frecuentes aumentan las probabilidades de lograr un embarazo y de evitar problemas como abortos espontáneos, presión alta durante la gestación e incluso la preeclampsia.
De todos modos esta hipótesis no logró el consenso de la comunidad científica. Hubo expertos que relativizaron las conclusiones por considerar que la muestra de 118 hombres era demasiado baja o que la mejora en la calidad del semen resultaba insignificante.
Alberto Pacheco, director del Laboratorio de Andrología del Instituto Valenciano de Infertilidad, (España) destaca que la producción y la calidad de los espermatozoides dependen, sobre todo, de la genética y el tipo de vida de cada individuo. Por eso, más allá de la frecuencia de las relaciones sexuales, hay que tener en cuenta otras recomendaciones para lograr el embarazo: llevar una vida sana, una buena alimentación, hacer deporte, no fumar ni beber en exceso y tratar de controlar el estrés, entre otras.
Y por supuesto, si tras un año de intentos no se logra el embarazo, consultar a un especialista en fertilidad. recordar que si la mujer tiene más de 35 años, conviene ya realizar la consulta a los seis meses.