Nuestros hijos empiezan el aprendizaje desde que están en el útero, desde allí empezamos a transmitirles los valores esenciales de la vida y desde allí se va construyendo la imagen de sí mismo, el amor a si mismo y a los demás.
En la tarea de enseñar a nuestros niños hay muchos aspectos que se entremezclan. Nuestros hijos empiezan el aprendizaje desde que están en el útero, desde allí empezamos a transmitirles los valores esenciales de la vida y desde allí se va construyendo la imagen de sí mismo, el amor a si mismo y a los demás.
Además, claro está, están aquellos mensajes que son dados explícitamente y luego lo que nuestros hijos ven y captan de nuestras actitudes, de los cuales muchas veces nosotros no somos concientes. Suele suceder que se contradice entre lo que decimos y lo que expresamos. No debemos olvidar que nosotros somos ejemplos de vida para ellos y es importante ser concientes y estar atentos de cómo transmitimos.
Es notorio que a parte de lo que le enseñemos van a estar las influencias que reciban del mundo exterior a medida que vayan creciendo, de la escuela, la familia, los amigos, etc que van a sumarse con la visión de los padres.
Educar no solo implica centrarse en el conocimiento intelectual sino también en lo afectivo, en lo emocional.
En la enseñanza considero que hay una doble función de educar y de proteger, intentamos preparar a nuestros hijos para que puedan ser felices y encontrar un lugar donde insertarse en la sociedad. Es importante mostrarles el camino pero nunca matar la creatividad de nuestros niños. Sabiendo que hay cosas que les vamos a enseñar y otras que van a ir aprendiendo por si mismos, generando de esta manera seres humanos libres capaces de crear y arriesgar sintiéndose seguros de si mismos.
Claro está que en esta tarea de educar nos encontramos con dificultades muchas veces que tienen que ver con nuestra propia historia, con nuestros modelos sobre lo que está bien y mal y el manejo del “poder” y la “autoridad” que tenemos como padres. Por eso como he expresado en anteriores artículos en tan importante ser concientes de la propia historia, evitando repetir viejos esquemas de los cuales nos sentimos presos.
Considero que la educación de nuestros hijos debe ser algo dinámico pudiendo re pensarnos y respetar como elemento básico las necesidades afectivas de nuestros niños, las cuales van cambiando según su edad. Es una tarea movilizante en la cual nos enfrentamos con nuestros propios miedos y dificultades acerca de cómo educar, hasta donde, los límites o la falta de límites dificultando obtener un equilibrio. Creo que somos una sociedad en la cual quedamos muchas veces aislados en la tarea de educar impidiendo muchas veces el intercambio acerca de las dificultades que podemos tener en relación a esta tarea, nos exigimos muchas veces el saber “como educar a nuestros hijos” y el querer ser “buenos padres”.
Por eso considero que es muy valioso como realizan en otros países los grupos de padres en los cuales se pueda discutir y plantear las dificultades que podamos tener al abordar ciertos temas con nuestros hijos, dividiéndolos en distintas etapas que van desde el recién nacido y sus necesidades, el lactante, el niño en etapa escolar, la adolescencia caracterizada cada una de estas etapas en sus problemáticas propias. El compartir con otros nos da la posibilidad de crecer y comprender que todos a la hora de educar tenemos dudas y dificultades y de poder generar nuevas formas de abordaje.
Debemos recordar que el aprendizaje de un niño debe ser integral en sus áreas intelectual, afectivo y espiritual.