En el mes de la Concienciación sobre el Autismo, #HablemosdeAutismo. En esta oportunidad compartimos 4 datos que hay que saber sobre el tema.
- La frecuencia. Antes se decía que había 1 en 10.000, después 1 en 1.000, hoy hablamos casi del 1% y en algunos lugares hablan de 1 de cada 67 niños (más del 1%). Entonces, ¿aumentaron los casos? No. Lo que sucede es que actualmente se corrió la franja, ya que ahora también se diagnostican las formas leves. Los padres, los profesionales de la salud y la sociedad en general conocen más sobre el tema, consultan más temprano. Y al intervenir tempranamente, se evoluciona mejor. Por eso es muy importante hablar sobre los Trastornos del Espectro Autista.
- Hay más casos de Trastornos del Espectro Autista en varones que en mujeres. ¿Por qué? El hombre y la mujer se diferencian en muchos aspectos, por ejemplo, el funcionamiento del cerebro es diferente, la mujer tiene más habilidad social que el hombre, son más perceptivas socialmente. Pero en el sexo femenino el sindrómico habitualmente está asociado a una enfermedad y puede ser más severo. En el sexo masculino, cuando la inteligencia es alta muchas veces no se encuentran causas.
- Se dice que los niños con TEA no escuchan ni entienden, pero esto es un mito. Incluso, muchos de ellos tienen un sistema auditivo más agudo que los demás. La Lic. Boni agrega al respecto que “escuchan y entienden perfecto. Ellos se expresan de otra manera, pero, por ejemplo, entienden perfecto cuando los demás los están mirando. Por eso es importante la mirada del otro desde la comprensión. Muchas veces tienen una crisis porque no lograron expresar lo que necesitaban de otra manera”.
- Se dice que los niños con TEA no comprenden el mundo a su alrededor, pero esto también es un mito. La Lic. Boni menciona que “en algunos aspectos tienen pautas diferentes, por ejemplo, pueden centrarse más en los detalles que en lo global, entonces no quiere decir que no comprenden el mundo, sino que a veces ponen foco en otro lado”.
Por Lic. Maite Xavier
Fuente:
Entrevista a la Lic. Martina Boni, Psicóloga en consultorio particular y Psicóloga clínica en CLINEI (Centro de Neurología Infantil).
Originalmente publicado en Revista Ser Familia