A medida que los chicos crecen, se comienzan a manifestar diferentes cambios en su cuepo, algunos más agradables que otros. Uno de los menos queridos por los preadolescentes es el acné, que muchas veces causa vergüenza en quien lo posee. Qué es verdaderamente el acné, a quién afecta y cómo se puede tratar son preguntas frecuentes que la Dra. Alejandra Larre Borges, de Uruguay, responde en esta nota.
El acné es una afección frecuente del folículo pilosebáceo, o sea del pelo y la glándula generadora de sebo que surge con él. En términos generales afecta al 80 % de las personas entre 12 y los 20 años. La máxima incidencia se da entre los 14 y 16 años en las mujeres y entre los 16 y 17 entre los hombres. Cada vez es más frecuente el acné en las mujeres, que puede verse hasta en el 25 %. Son muy frecuentes los antecedentes familiares de acné sobre todo en las formas graves.
Actualmente se considera que el acné es una enfermedad en la que se produce una inflamación en el folículo pilosebáceo, dentro del grupo de las enfermedades “autoinflamatorias”
Hay tres sitios comprometidos:
1.La glándula sebácea, en la que aumenta la producción de sebo.
2.La salida de “infundíbulo” se tapa, con lo que dicho sebo no puede fluir hacia la superficie de la piel
3.Una bacteria denominada Propinobacterium acnes que aumenta la inflamación
Todo esto es desencadenado por los estímulos hormonales en personas genéticamente predispuestas.
¿Cuáles son las primeras manifestaciones del acné?
Las primeras manifestaciones son la seborrea, o aumento de “grasitud” en las zonas centrales del rostro y luego la aparición de micro comedones abiertos (puntos negros) o cerrados (puntos blancos).
Luego se manifiestan los comedones, y las lesiones “inflamatorias” como las pápulas, que son lesiones rojas sobre elevadas y pústulas, que además presentan pus. También se pueden ver nódulos, que son lesiones más profundas que se palpan más que lo que se ven. Finalmente las cicatrices son las consecuencias a largo plazo más preocupantes desde el punto de vista estético. Siempre hay que recordar que el acné, por presentarse en el rostro y tórax en general, y en adolescentes, provoca una gran repercusión en la calidad de vida y es vivido por muchos pacientes como un motivo de gran angustia que puede llevar, independientemente de cuán grave sea, al aislamiento social.
La gravedad del acné puede ser medida según la cantidad de lesiones, su extensión, considerándose las formas pápulopustulosas y nódulo quísticas como más graves. Sin embargo esta clasificación no toma en cuenta los aspectos psico-socio-económicos que influyen en la calidad de vida.
Dentro de las formas clínicas del acné la más frecuente es el polimorfo juvenil, que se da en adolescentes en rostro, cuello, tórax y espalda. Se considera que es más grave si compromete la zona más baja de la espalda, por debajo del omóplato. En las mujeres es más frecuente que presenten empujes cercanos a la menstruación, dados los cambios hormonales.
También hay alimentos que se han vinculado como generadores de acné como los lácteos y los cereales, así como los que aumenten el azúcar de la sangre –glicemia- de forma brusca, predominantemente en las personas que tienen una tendencia a la resistencia a la insulina.
Los tratamientos son diversos desde cremas con antibióticos y ácidos (retinoico, glicólico, mandélico, salicílico y otros) hasta antibióticos vía oral o retinoides vía oral. Todos estos tratamientos deben ser individualizados y controlados por un especialista.
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