En los meses de verano se repiten los trágicos accidentes por inmersión. La mayoría de las muertes suceden durante un descuido de pocos minutos.

Prevención 

Se debe tener en cuenta:

• Siempre debe haber un adulto supervisando cuando los niños estén bañándose o jugando cerca de arroyos, ríos, el mar, piscinas e incluso bañeras y recipientes pequeños.

• El adulto debe estar cerca de los niños, “supervisión al tacto”. Esto quiere decir que esté a una distancia tal que el niño siempre esté al alcance de la mano. No es suficiente mirarlos desde la orilla.

• El hecho de que los niños aprendan a nadar no debe dar una falsa seguridad a los padres acerca de las capacidades del niño de sobreponerse a un episodio de inmersión y por lo tanto no exime de la supervisión por los adultos. 

Aprender a nadar no significa que esté seguro en el agua.

• Las personas epilépticas deben estar siempre vigiladas y bañarse sólo en agua no profunda.

• Es imprescindible el uso de chaleco salvavidas o flotadores cuando se practican deportes náuticos aunque se sepa nadar.

• Se debe tener precaución al zambullirse en ríos y arroyos donde pueden haber troncos sumergidos que provoquen traumatismo de cráneo o columna y posterior ahogamiento.

• En cuanto a las piscinas puede ser aconsejable no poner una piscina en casa hasta que los niños sean mayores de cinco años. Si se tiene piscina; se deben colocar barreras a los cuatro lados de 1, 40 m de altura con barras verticales que no estén separadas más de 10 cm entre sí y con un buen sistema de tranca que no pueda ser abierto por niños pequeños. 

• Es aconsejable sacar todos los juguetes de la piscina luego de su uso para que los niños no intenten recuperarlos y caigan al agua.

• Hay que controlar el uso de alcohol y drogas en los adolescentes

• Se deben respetar las señales de las playas en cuanto a lugares de prohibición de baños y banderas. Y aunque sea un buen nadador no se aleje de la orilla.

• Es útil que las escuelas y clubes de natación eduquen sobre los riesgos de estas actividades.

• Cuando una persona es rescatada de una inmersión se debe tener la precaución de inmovilizar el cuello porque puede haber sufrido un traumatismo de columna. Se debe solicitar ayuda rápidamente y comenzar la reanimación básica; es decir respiración boca a boca y masaje cardíaco hasta que llegue la emergencia móvil. 

• De las personas que son rescatadas con vida o que son encontradas en paro respiratorio o cardiorrespiratorio y son reanimadas con éxito se ve que casi un 80% se recupera sin secuelas, mientras que un 2 a 9 % sobrevive con daño neurológico. Cerca del 12% de todas las víctimas muere. 

La muerte se puede producir en el momento o varios días después. 

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