Iniciarse como madre, no es nada fácil y con un hijo nacido antes del tiempo esperado, suele ser una experiencia inadvertida, difícil y traumática, donde se experimentan una serie de sentimientos muy intensos, que van desde la incredulidad y el shock, hasta la tristeza, la rabia o la depresión.
Iniciarse como madre, no es nada fácil y con un hijo nacido antes del tiempo esperado, suele ser una experiencia inadvertida, difícil y traumática, donde se experimentan una serie de sentimientos muy intensos, que van desde la incredulidad y el shock, hasta la tristeza, la rabia o la depresión. Sin embargo, diversos estudios muestran que es en el vientre materno donde se dan las primeras sensaciones de rechazo, amor, ansiedad y alegría de apego o desapego que sienta de su madre. La relación de amor y confianza que establece la madre con su bebé, aún estando en el útero, ejerce una influencia absoluta para toda la vida.
Iniciarse como madre, no es nada fácil y con un hijo nacido antes del tiempo esperado, suele ser una experiencia inadvertida, difícil y traumática, donde se experimentan una serie de sentimientos muy intensos, que van desde la incredulidad y el shock, hasta la tristeza, la rabia o la depresión, ante la angustia de perder a ese pequeño ser llevado en las entrañas.
Diversos estudios muestran que es en el vientre materno, donde se dan las primeras sensaciones de rechazo, amor, ansiedad y alegría de apego o desapego que sienta de su madre. La relación de amor y confianza que establece la madre con su bebé, aún estando en el útero, ejerce una influencia absoluta para toda la vida.
El cuidado materno no puede considerarse en términos de horas por día, sino únicamente en relación al gozo de la mutua compañía que sienten madre e hijo. éste gozo e identificación íntima de sentimientos es posible para ambas partes, solo si la relación es continua ya que el niño necesita saber que pertenece a su madre y ésta necesita sentir que pertenece a su hijo y solo cuando tiene la satisfacción de éste sentimiento puede dedicarse por entero a él.
¡Es aquí! sin duda alguna, dentro del primer año de vida del bebé, durante éste maravilloso periodo sensible de tiempo, donde ha desarrollado un fuerte lazo con su principal figura, su madre, a este proceso se le conoce como “APEGO MATERNO”.
En la mayoría de los niños, la conducta de apego se pone de manifiesto con regularidad y gran fuerza, hasta casi al final del tercer año ya que es en éste momento que en la gran mayoría de los niños, adquieren un grado mucho mayor de confianza hacia figuras subsidiarias de apego en ambientes extraños.
En América Latina se tiene acceso limitado a la infraestructura necesaria para la atención de éste tipo de pacientes, por lo que la mortalidad se mantiene entre el 60-70% de los nacimientos. En comparación con Norteamérica, la mortalidad ha disminuido hasta un 40% con pesos extremadamente bajos que oscilan entre los 500 y 750 gramos. ¡Es un hecho! La prematuridad está aumentando.
Las causas en algunos casos son desconocidas, en otros tantos, están presentes algunos eventos y afecciones en la madre que pueden contribuir a un parto prematuro con mayor riesgo, así como también los factores relacionados con el estilo de vida y los correspondientes a la salud.
Dependiendo de la edad a la que nazca el bebé, tendrá una diferente apreciación física un mayor o menor riesgo de desarrollo, complicaciones y las disímiles posibilidades de sobrevivir.
Estos pequeñitos que no han completado su período de gestación, tienen muchas necesidades, reacciones y un comportamiento totalmente diferente y especial, que determina que deben recibir cuidados médicos distintos de los que requieren los bebés a término, motivo por el cual suelen pasar la primera etapa de su vida extrauterina en una unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN), diseñada para proporcionar a los bebés prematuros una atmósfera que limite el estrés y satisfaga sus necesidades básicas de calor, nutrición y protección para asegurar un crecimiento y adecuado desarrollo.
El contacto con su madre le ayuda en todos los aspectos, sintiéndola, oyéndola como durante todo el tiempo que duró el embarazo, percibiendo su cariño. En el vínculo afectivo, se da el intercambio de miradas y respuestas ante los estímulos del niño, que serán establecidos por la madre.
Los vínculos de apego son necesarios a lo largo del ciclo vital, pero son aún más importantes en la niñez temprana ya que tienden a influir de manera importante en el desarrollo de la personalidad. Es importante recordar que la manifestación de la conducta de apego varía de persona a persona, de una especie a otra, por regla general se prolonga hasta la pubertad, aunque no necesariamente, hasta alcanzar la plena madurez sexual, sin embargo se seguirá manifestando toda la vida.
Las investigaciones más reciente en el campo de la psicología pre y post perinatal están aportando una serie de datos fascinantes, que confirman lo que muchas madres han sabido desde tiempo atrás, que dentro del vientre materno los bebés escuchan, entienden, aprenden y recuerdan, se alegran o entristecen y necesitan sentirse en todo momento queridos.
La Teoría del Apego o Vínculo Afectivo, da gran importancia al primer cuidador y en general a la madre ya que el tipo de relación que se establezca entre ésta y el niño, será determinante en el estilo de apego que el pequeño desarrollará para toda la vida.
Estudio desarrollado con una muestra aleatoria simple realizado a finales del 2009, la autora llegó a los hallazgos de que los bebés prematuros muestran un patrón saludable en su conducta de apego; Es la responsabilidad diaria de la madre, la que le da la confianza y protección necesaria, por lo que su simple presencia les anima a explorar los alrededores. Al mismo tiempo; revelan la fuerte necesidad que tienen de su proximidad con ella y la usan como una base segura desde la cual exploran.
Sin duda alguna, desde el primer momento de vida la madre desempeña un papel fundamental en la vida del niño y que todo depende del modo en como lo desempeñe.
Comprobé que el tipo de tendencia básica de conducta presente en los bebés prematuros no representa ninguna variación a la de un bebé normal. Tomando en cuenta que los bebés prematuros desde que nacen son puestos en incubadoras, que le proporciona los cuidados necesarios para su supervivencia, son alejados de sus madres careciendo en su mayoría del contacto físico con esta, sin motivo alguno para generen una conducta de apego segura.
Los rasgos de comportamiento encontrados en los bebés prematuros son similares a los bebés nacidos a término, a pesar de la desventaja en la que se encuentran no hay diferencia, el afecto materno que reciben es lo que requiere para lograr o mantener un Apego.
No olvidemos que no hay condición ni obstáculo alguno que una madre no pueda superar, en su repertorio de palabras no hay bonito feo, claro obscuro, pequeño grande, a término o prematuro. No hay tiempo; mañana, tarde, noche o día, ni momento que le sea suficiente para hablarle, tocarle o simplemente mirarle, no le importan nuestras limitaciones, deficiencias o carencias, virtudes o defectos ¡como seamos! para ella, seremos perfectos; una obra plena de creación y singular belleza.