La posibilidad de reconocer los colores precede al lenguaje. Es decir, podemos saber si el niño los distingue antes de que pueda nombrarlos.

¿Qué capacidades cognitivas ponemos en juego?

El niño se encuentra con una caja de colores (PERCEPCIÓN VISUAL), debe reconocer que son diferentes (DISCRIMINACIÓN VISUAL) , y finalmente relacionar dos elementos con idéntica propiedad, por ejemplo caja roja con palillo rojo (COMPARAR y RELACIONAR).

Esta última capacidad -que implica mayor elaboración- es importante provocarla, ya que a veces pensamos que los niños saben los colores y lo que hicieron fue memorizar que la manzana es roja, el limón es amarillo, la heladera es blanca, pero no pueden hacerlo cuando los invitamos a relacionar objetos diferentes.

Esto se debe a que no lograron conceptualizar al color como una propiedad independiente del objeto, y lo asocian al objeto mismo. Otra variable importante que incide en el aprendizaje es la que involucra la MOTRICIDAD FINA.

El niño debe aprender a manejar el palillo (PRENSIÓN), y adecuar el movimiento (COORDINACIÓN OJO-MANO), para hacer coincidir la apertura del palillo al borde de la caja.

Otras capacidades a estimular: Nociones de adentro-afuera, arriba-abajo, corto-largo: antecedentes de conceptos geométricos. Nociones de mucho-poco: Antecedentes de conceptos numéricos. Este es un ejemplo que nos demuestra cómo podemos estimular la inteligencia del bebé a partir de juguetes sencillos y económicos.

Los invitamos a seguir explorando juntos y contarnos sus experiencias.

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