Si bien había posibilidades de tener mellizas o gemelas, ya que mi abuela materna había tenido gemelas, nunca me imaginé que me iba a tocar a mi.

Si bien había posibilidades de tener mellizas o gemelas, ya que mi abuela materna había tenido gemelas, nunca me imaginé que me iba a tocar a mi. Cuando nos pusimos a buscar con mi esposo, yo quería un varón y él quería que vinieran dos nenas: “imaginate que lindo sería tener mellizas”, me decía. En la primera ecografía ya se vió que eran dos y yo no lo podía creer. Se le había cumplido el sueño al papá.

Pasé un embarazo estupendo, incluso trabajé hasta una semana antes de tenerlas. Me alimentaba lo más sanamente posible, dormía largas siestas, etcétera.

A las 35 semanas, el médico decidió realizar el parto porque las últimas ecografías, que de hecho me hacían bastante seguido para tener más control, mostraban que Lucía estaba en el percentil 5 y ambas habían estancado su crecimiento. Así que me internaron, repitieron la ecografía y coordinaron la cesárea para el 29 de abril de 2012. Con 1 minuto de diferencia nacieron a las 12:28 Lucía y 12:29 Victoria con 2000 y 2252 g respectivamente. Estuvieron 4 y 2 días en la unidad neonatal sin mayores complicaciones.

Reconozco que los primeros meses fueron arduos, la lactancia no siempre fue fácil y necesité de mucha ayuda pero valió la pena. Es maravilloso verlas crecer, cada una a su ritmo, con sus tiempos y particularidades… Nos encantaba ver como se comunicaban entre ellas con su propio idioma cuando eran bebés y sus sonrisas cómplices cuando estaban por hacer alguna travesura juntas.

Ser madre múltiple es una experiencia hermosa que no a cualquiera le toca… Difícil, cansadora, estresante pero muy satisfactoria.

Fernanda (mamá de Lucía y Victoria)

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