La bronquitis es una infección respiratoria producida por un virus o una bacteria. Comienza por una inflamación del tejido que recubre los conductos bronquiales.

Estos tejidos son los que conectan la tráquea con los pulmones, por lo que se manifiesta principalmente la dificultad para respirar, el síntoma más presente es la tos y hay más mucosidades. Al inflamarse el tejido, pierde, de alguna manera, su función como protector del sistema respiratorio (cubrir los conductos bronquiales).  

Se da comúnmente en los niños más pequeños (menores de dos años) y en épocas de frío. Puede ser aguda (pocas semanas de duración, con síntomas severos) o crónica (de mayor duración, varios meses o hasta años). La bronquitis crónica también se llama “Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica” (EPOC). 

Los síntomas que pueden observarse son: dolor de cabeza, debilidad y fuertes malestares, tos con mocos o tos seca, fiebre, dificultad para respirar, dolor o tirantez de pecho, respiración ruidosa y escalofríos. Ante estos síntomas se recomienda consultar al pediatra, para evitar otras enfermedades como la neumonía. También aconsejamos mantener altas las defensas y el sistema inmunitario del niño, por ejemplo evitando lugares que no estén limpios y sin ventilación, insistiendo en una buena higiene (baño y lavado de manos continuamente), aporte de vitamina C, salidas al aire libre, actividad física y las horas de sueño necesarias para su edad.  A su vez es importante  evitar el humo de tabaco y gases contaminantes. Si los padres fuman, los niños tienen mayores riesgos de poseer bronquitis. 

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