Los nueve meses de embarazo transcurren para cada madre de manera diferente, con vivencias y experiencias que varían de unas a otras, sin lugar a dudas. Sin embargo, por lo general, todas coinciden en un aspecto: en algún momento de esta espera todas ellas se preguntan como será ese bebé, que carita tendrá , como serán esos ojitos, esas manitos, sentir la piel de bebé en su piel… pero sobre todo la gran pregunta: qué nos va a pasar cuando lo veamos, ¿cómo nos vamos a sentir?

¿Qué pasa conmigo?

Pasa que cuando un bebé nos atraviesa la vida, rompe con todo lo estructurado y lo que teníamos pensado sentir, porque a veces hasta pensamos en cómo nos vamos a sentir ese día que lo veamos por primera vez. Y a veces pasa que llegado el momento lo que más sentimos es sorpresa, mezclada con ternura, melancolía, cansancio y muchísimas cosas más, pero a veces nos quedamos esperando “eso” y creo que el error suele ser esperar algo tan específico desde el primer momento. Porque todos somos diferentes y es importante priorizar también que cada uno tiene su momento para que las cosas le lleguen incluyendo los sentimientos, entonces dar lugar a que las cosas pasen sin forzar de ningún lado.

El vínculo se va generando en un proceso

Esto tiene que ver con entender que a veces el vínculo no nace de un momento para otro sino que se va generando en un proceso, que se va dando entre la madre y el bebé, y el papá también, me parece importante incluirlo, porque a veces queda un poco excluido en lo que son estos primeros tiempos en donde la atención suele estar toda enfocada en la díada mamá-bebé. No perder entonces de vista que este proceso los involucra a los 3 y se va dando en un ida y vuelta permanente . Tengamos presente que el vínculo se construye y hay una serie de comportamientos que hacen a esta construcción.

Comportamientos que construyen al vínculo

El contacto piel con piel entre los papis y el bebé : Esto es válido tanto para la mamá como para el papá y van a ver lo beneficioso y tranquilizador que resulta para el bebé y por otro lado también ayuda a los nuevos papis a tomar contacto con el recién nacido proporcionándoles una experiencia única y colmada de sensaciones agradables. El valor de la mirada: Mirar al bebe, que nos vea y mirarlo es fundamental , le estamos dando mucho más , le damos reconocimiento, afecto y seguridad, además esta comprobado científicamente que lo que mas les gusta ver a los bebés son rostros humanos El valor de la palabra: Hablarle siempre que uno pueda, con vos suave y agradable, ya sea decirle cosas lindas o contarle lo que estamos haciendo o lo que vamos a hacer después es una forma de participarlo de la cotidianeidad de nuestras vidas de la que el forma una parte muy importante. Además el hablarle lo tranquiliza y reafirma en seguridad ya que nuestra voz es un estímulo que lo acompaña desde el útero y fue nuestra carta de presentación en su momento. Los mimos y juegos Más allá de los cuidados básicos en donde y tocamos al bebé para alzarlo, alimentarlo o cambiarlo, aprovechar cada momento para abrazarlo, acariciarlo y juguetear con él, ya que todas éstas son muestras de afecto que nos van afianzando en un ida y vuelta con él y nos ayuda a conocerlo aprendiendo día a día qué cosas no le gustan y cuales sí le gusta más…

Resumiendo

Darse lugar para disfrutar del bebé y dejar que la relación con el/ ella fluya lo más natural posible sin exigencias ni culpas , sabiendo que es natural tener a veces sentimientos encontrados, y esperar que el proceso haga lo suyo mientras nos dejamos atravesar por todo lo que esta personita nos despierta… 

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