Hasta hace unos años, un niño que no aprendía era considerado un “burro”. Hoy está demostrado que cada niño tiene un ritmo diferente de aprendizaje y no todos aprenden  con la misma facilidad todo tipo de tareas. Por eso resulta imprescindible que los papás y los docentes puedan diferenciar cuándo la lentitud en el aprendizaje se debe a un retraso “normal” o es fruto de un problema mayor que debe ser tratado.Entre un 2% y un 10% de los niños tienen una Dificultad Específica de Aprendizaje (DEA), siendo el trastorno psicopedagógico más frecuente en las aulas. Éstas dificultades pueden darse tanto en lectura, escritura y/o en el área lógico- matemática. La Magíster en Psicología de la Educación y además Maestra especializada en Dificultades de aprendizaje, Mariana Dapino Berretta, explica de qué se tratan este tipo de dificultades en el aprendizaje. 


¿Qué son las Dificultades Específicas de Aprendizaje?

Son un conjunto heterogéneo de trastornos que tienen un origen genético y neurobiológico que afectan la capacidad de la persona para hablar, leer, escribir, deletrear, recordar, razonar, organizar nociones temporales y espaciales y/o aprender matemática. Estas dificultades no se explican por un déficit del coeficiente intelectual (la inteligencia está intacta) y las mismas permanecen a lo largo de todo el ciclo vital.
Es importante señalar que pueden existir trastornos asociados a las DEA. Por ejemplo, las personas con dificultades de aprendizaje suelen tener además una escasa motivación por el aprendizaje, una baja autoestima, un déficit en las habilidades sociales, etc.Este es uno de los motivos por los cuales el tratamiento con estos niños no debe contemplar solamente aspectos académicos sino también emocionales.

¿Cuándo se pueden detectar estas dificultades?

Este es un punto clave ya que tradicionalmente se esperaba a los primeros años de educación primaria, sin embargo existen signos de alarma a edades muy tempranas que nos pueden hacer sospechar de una posible dificultad específica de aprendizaje. Detectar tempranamente estas dificultades es importante ya que cuanto antes se comience a tratar al niño, mejor será su pronóstico.


¿Cómo se presentan?

Antes de diagnosticar como con DEA a un niño se deben descartar otras posibles causas de su bajo rendimiento escolar, por ejemplo dificultades de visión y audición. Muchas veces un niño no aprende como es debido porque no escucha o no ve bien; es fundamental llevar a nuestros hijos a un especialista antes de comenzar la escolarización.También es importante saber que las dificultades de aprendizaje no se manifiestan de igual manera en todos los niños, por eso es imprescindible analizar cada caso  particular y que el tratamiento sea individualizado.
Si bien hay ciertos síntomas que pueden estar avisándonos de posibles dificultades, el hecho de que el niño tenga uno o muchos de estos indicios no implica que tenga una dificultad específica de aprendizaje.

Analicemos algunas de estas posibles señales de alarma:

Del nacimiento hasta los 3 años:

•Prematuridad: los niños prematuros presentan un porcentaje mayor de dificultades del lenguaje y del aprendizaje que los niños nacidos a término. Se entiende por prematuro un niño nacido antes de la semana 37 de gestación y con un peso menor a 2.500 grs. 

•Si el niño demoró en hablar y si al hacerlo presenta dificultades de pronunciación y un vocabulario pobre para su edad. Normalmente los niños comienzan a decir sus primeras palabras hacia los 12 meses y hay una “explosión” de su vocabulario sobre los 21 meses. Es esperable que un niño a los dos años use frases cortas (combine dos palabras al hablar), pueda nombrar objetos cotidianos (personas de su entorno, juguetes, comidas favoritas), use algunos pronombres como: yo, eso, mío (aunque no siempre de manera correcta). En esta etapa los niños comprenden más palabras de las que pueden emitir.

 Entre los 3 años y los 6 años:

 •Usa pocas palabras para comunicarse en comparación con los niños de su edad.

•Utiliza frases muy sencillas para su edad.

•Si presenta problemas de pronunciación. Hacia los 5 años los niños no suelen cometer errores en la pronunciación de sonidos, en general los fonemas /r/ y /l/ son los últimos en adquirir.

•Si tiene dificultad para contar un cuento en orden (lo que sucede primero, lo que pasa después, etc.)

•No se acuerda de las canciones o tiene problemas para hacer rimas.

•Si le cuesta seguir instrucciones.

•Presenta dificultad para aprender los colores, las letras, etc.

•Si le cuesta el orden temporal (los días de las semanas, los meses del año, las estaciones, etc.)

•Si presenta dificultades motrices (distinguir derecha/izquierda, cortar con tijeras, sujetar el lápiz, agarrar objetos pequeños, problemas de equilibrio y coordinación al caminar, correr, etc.)

•Si tiene problemas de atención (si le cuesta estar sentado y en silencio, si es impulsivo, etc.)

•Si muestra dificultades en lo social (rabietas demasiado frecuentes, enojos, etc.)

 Entre los 6 años y los 12 años:

 •Si su aprendizaje es muy lento.

•Si tiene problemas al aprender la correspondencia entre el sonido y la letra.

•Si lee con dificultad: muy lento, vacilante, con muchas pausas, cambia letras, sustituye palabras similares (mesa x misa), si invierten letras (dxb, pxq) o palabras (al x la), si al leer cambian palabras.

•Si tiene errores en la escritura: cambia una letra por otra, une una o más palabras (voy alacama), separan mal las palabras (voy ala cama).

•Si tienen problemas de comprensión: si les cuesta entender lo que leen. Esto suele traer aparejado problemas en otras asignaturas escolares.

•Si tienen problemas de expresión: les cuesta plasmar por escrito lo que piensan, en general escriben enunciados cortos y evitan tareas de escritura.

•En matemática: suelen confundir los signos (+,x), muchas veces leen o escriben mal los números (6 por el 9, el 51 por el 15), tienen dificultad para memorizar fórmulas u otros contenidos como las tablas de multiplicar, suelen olvidarse de pasos a la hora de resolver un problema.

•Suelen tener dificultades con el aprendizaje de nociones temporales: días de la semana, los meses del año, las horas y recordar su orden.

•En cuanto la motricidad: suelen sujetar mal el lápiz, su caligrafía no suele ser muy legible.

•Respecto a la atención: suelen distraerse con facilidad, les cuesta estar sentados y en silencio haciendo tareas escolares, no suelen terminar las tareas a tiempo, hay que recordarle varias veces lo que tiene que hacer.

•En cuanto a los aspectos sociales: pueden enojarse con mayor facilidad que otros niños, a veces les cuesta comprender las actitudes de los demás, muchas veces son niños con problemas para ser aceptados en el grupo.

 
Si observás cualquiera de estas conductas o te la señalan los docentes de la escuela, conviene consultar con un profesional que pueda ayudar al chico a adquirir las herramientas para un mejor desempeño y potenciar sus habilidades. De esta forma se intenta evitar que se sienta disminuído frente a sus compañeros. Debemos tener en cuenta que los chicos pasan muchísimas horas al día en centros educativos y sentirse mal en ese entorno puede afectar muchos aspectos de su existencia, sobre todo a nivel social.
 

 Por Mariana Dapino Berretta, Magíster en Psicología de la Educación, Maestra especializada en Dificultades de aprendizaje.
Imagen tomada de: www.morguefile.com 

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