Etapas que reflejan el desarrollo a nivel motor y que sin duda constituyen hitos importantes en la vida de los niños. Pero solemos prestar mucho menos atención a las etapas o metas que implican un crecimiento emocional y social, y éstas son igualmente importantes para la vida futura de niños y adolescentes.
Es importante que padres y otros adultos cercanos acompañen a los chicos en estos procesos intentando no caer ni en la sobreprotección ni en la negligencia.
La Dra. Amanda Céspedes las denomina “Tareas de cumplimiento” en su libro Educar las emociones y nos basamos en ellas para presentar esta nota.
Primeros 5 años de vida del niño:
Deben aprender a confiar. Es importante que los niños pequeños adquieran y fortalezcan la confianza básica, por ejemplo, deben aprender a creer en el otro, a tener fé en la bondad de los adultos. Tanto los padres como otros adultos que acompañen diariamente al niño deben cultivar los vínculos y, como indica Céspedes “ofrecer al niño ´alimentos para el alma´ indispensables para aprender a confiar”.
Deben empezar a aprender a autorregularse emocionalmente. Los niños en edad preescolar son fácilmente desbordados por las emociones que emergen en forma de conductas, por ejemplo, las famosas rabietas comienzan alrededor del año y medio y terminan aproximadamente a los cuatro años de edad. A partir de los 18 meses (un año y medio de edad), las estructuras cerebrales empiezan a madurar. Estas estructuras cerebrales son las que permiten mantener el temperamento, es decir, evitan el desborde por la ansiedad, miedo o rabia. Esta maduración es lenta, ya que termina en la pubertad, pero es importante que desde pequeños empiecen a aprender a autorregularse emocionalmente.
Deben empezar a adquirir hábitos de vida saludable y las normas básicas de convivencia. Para integrarse como seres sociales, deben empezar a adquirir hábitos de vida saludable y normas básicas de convivencia, por ejemplo hábitos de higiene, de autonomía, de orden, de trabajo, de autocontrol, de convivencia, de alimentación y salud. Es bueno que empiecen a adquirir estos hábitos en el hogar y también en el jardín o guardería con otros niños de la misma edad.
Deben empezar a fortalecer las habilidades básicas cognitivas. Estas habilidades básicas cognitivas empezarán a desarrollarse como un eficaz mediador emocional, principalmente el lenguaje verbal.
Deben dar inicio a una mayor autonomía. Aunque a veces parezca lo contrario, el fortalecimiento de los lazos vinculares da seguridad al niño para vivir experiencias independientes como asistir al jardín, ir a paseos, cumpleaños y otros encuentros sociales separado de la madre.
De los 5 años hasta la preadolescencia:
Deben aprender a reflexionar. La reflexión es una habilidad buena e importante para todas las edades. Ayudará al niño a desarrollar el razonamiento, a resolver problemas difíciles, a considerar diferentes perspectivas, etc.
Deben comenzar de a poco el camino del autoconocimiento. Es importante que el niño se empiece a conocer a sí mismo, que sepa quién es, sus capacidades, sus limitaciones, lo que siente y cómo expresarlo, etc. No sólo pueden ayudar los padres y adultos cercanos, sino también educadores.
Deben consolidar la capacidad de autocontrol. Como señalamos en la primera etapa, los niños pequeños deben empezar a autorregularse emocionalmente. En esta etapa, deben consolidar la capacidad de autocontrol y lo pueden lograr con el incremento del empleo del lenguaje como mediador de las emociones.
Deben conquistar una autonomía protegida.Como se puede observar en la etapa siguiente, los adolescentes deben conquistar una autonomía responsable, pero, los niños, deben empezar a ser autónomos.
Deben aprender a hacerse cargo de las consecuencias de sus acciones. Los niños deben ser los responsables de sus actos, ya que de lo contrario, no aprenderán de sus vivencias.
Deben fortalecer el carácter.Al fortalecer su carácter, podrá tomar decisiones adecuadas a lo largo de su vida. Los psicólogos clínicos especializados en la infancia y juventud Robert Brooks y Sam Goldstein escribieron un libro que se llama Cómo fortalecer el carácter de los niños en el que afirman, entre otras cosas, que lograr intensificar estas cualidades en los niños es, quizás, la tarea más importante de padres y educadores.
Deben fortalecer, incrementar y potenciar las habilidades cognitivas. Como indicamos en la etapa anterior, los niños en edad preescolar deben fortalecer las habilidades básicas cognitivas, principalmente el lenguaje verbal. En esta etapa, es importante que fortalezcan, incrementen y potencien estas habilidades.
Deben adquirir un bagaje cultural. Es importante que los niños adquieran conocimientos. Los van a ir adquiriendo con las experiencias diarias (a lo largo de toda la vida) y los van a ayudar a desarrollarse en su entorno.
Desde el inicio de la adolescencia hasta finales de la adolescencia:
Deben definir una identidad propia. Como indican en la página web Kidshealth.org, “ser adolescente significa luchar con la identidad y la imagen de sí mismo”. Los niños dependen de los padres para muchas cosas, por ejemplo, los padres eligen qué ropa se ponen, los padres deciden la hora del desayuno, etc. Los niños necesitan protección y asistencia, ya que no son lo suficientemente maduros como para cuidar de sí mismos. Los adolescentes, en cambio, deben desarrollar una identidad propia, una identidad diferente a la de los padres. ¿Qué quiere decir esto? Deben tener sus propias opiniones, ideas, valores, etc. Muchas veces a los padres les cuesta adaptarse a estos cambios, pero es importante que respeten la identidad de cada uno de sus hijos.
Deben conquistar la autonomía responsable y la capacidad de autodeterminación. Esto lo lograrán a través de sucesivos ensayos.
Deben consolidar el autocontrol. Como vimos, esto empieza en la primera etapa, continúa en la segunda y, en esta etapa, deben consolidar el autocontrol. Esto lo lograrán a través de una capacidad reflexiva autónoma, es decir, no guiada.
Deben incrementar la capacidad de reflexión. Deben ampliar y fortalecer sus cosmovisiones. Como vimos en la etapa escolar, los niños deben aprender a reflexionar. En esta etapa deben incrementar la capacidad de reflexión. Las experiencias propias, las lecturas, las conversaciones con pares y adultos como maestros, padres, abuelos y guías espirituales, los ayudarán.
Deben proyectarse al futuro. Deben elegir opciones de vida sin la influencia (pero sí con el apoyo) de los padres. Por ejemplo, es importante que elijan una carrera a seguir (futura profesión), un trabajo, etc. por sí solos según sus gustos, sus intereses y sus motivaciones. Deben tener en cuenta que las elecciones pueden ser para toda la vida, por lo tanto, deben gustarle al adolescente y no sólo a los padres.
Basada en el libro Educar las emociones de Amanda Céspedes.
Otras fuentes consultadas: Kidshealth.org, eHow en Español, Cosasdeeducacion.es, Educarges.blogspot.com, blogs.siglo22.net
Imagen: www.morguefile.com