Cuando una persona pierde más líquidos de los que ha ingerido sufre de deshidratación. Perder pequeñas cantidades de líquido no es un problema, pero perder grandes cantidades sí puede hacer que una persona se sienta mal y, dependiendo de la situación, tornarse grave.

La sed es uno de los indicadores de deshidratación, pero no uno de los primeros signos. Cuando una persona experimenta sed, puede que ya esté deshidratado.

Sentirse mareado y aturdido, tener la boca pegajosa o seca y orinar en menores cantidades y más oscuro son otros de los síntomas que indican una posible deshidratación.

La forma más sencilla de evitarla es beber mucho líquido, especialmente en días calurosos, secos o ventosos. La cantidad de agua que una persona necesita depende de diferentes factores, como cuánta obtiene de otros líquidos o alimentos y cuánto suda.

Imagen: morguefile.com 

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