¿Cuál es el momento ideal para que venga el hermanito? ¿A qué edad sufren menos los celos?

La experiencia de un embarazo viene acompañada de una serie de cambios no solo en el cuerpo de la madre, sino también, en la vida afectiva y familiar.

En caso del primer embarazo, esos cambios significan la vivencia de lo nuevo y desconocido, que implican una planificación y preparación especial para la madre. En los siguientes embarazos, la preparación se hace conocida, pero la presencia del hermanito, significa para la madre una nueva vivencia con relación a la maternidad. Las necesidades y cuidados del niño son tan importantes como la llegada del nuevo integrante. Ellas preocupadas por no descuidar a ninguno, se plantean si fue adecuado el momento para comenzar otro embarazo, si el niño sufrirá de celos y abandono con la llegada del nuevo hermano, si podrán manejar estas situaciones. Es en estos casos que cada una se cuestiona no fallar como madre en desmedro de sus hijos. 

Lo más importante en esta etapa es poder sentirse seguras de que la decisión que han tomado es la correcta y que fue tomada con amor hacia su hijo y su familia. 

Los ginecólogos aconsejan a sus pacientes a esperar un año, aproximadamente, para concebir el próximo embarazo. Esto es así para darle tiempo al cuerpo a que vuelva a su estado anterior y para que se prepare para otra gestación. Este tiempo es necesario no solamente para su organismo, sino también para su psiquismo, volcado emocional y afectivamente al cuidado y atención del bebé. La alimentación, la higiene y los cuidados amorosos y exclusivos que necesita el pequeño, hasta aproximadamente el primer año de vida, requieren toda la atención. Es dedicación lo que necesita brindar la madre para ir adaptándose y ubicándose en esta nueva situación y experiencia. 

Muchas madres piensan que si tienen otro bebé mientras el mayor aún es pequeño, éste no va darse cuenta y no sufrirá tanto de celos. Otras, piensan que si es más grande, podrán entenderlo mejor y compartirlo. 

La llegada de un hermanito, así como la de un hijo, siempre es un acontecimiento en la familia que genera muchos cambios y novedades. Para el niño, sea pequeño o mayorcito, esto es sentido y vivido como la llegada de un gran visitante que puede ser percibido como un amigo o como un competidor. La diferencia de esta visita es que no se va, se queda y se instala ocupando y compartiendo a sus seres más queridos, sus padres. 

¿Celos? Sí, están presentes desde la llegada del bebé a la casa y su repercusión en las futuras relaciones fraternas dependerá de cómo haya sido tratada esta llegada durante el embarazo. ¿Dolor? Todo cambio y maduración trae un poco de dolor consigo, pero siempre con la promesa de que lo que vendrá es mejor. Por esto es importante para los niños el poder acompañar a sus padres en esta etapa. Y es que es fundamental que el niño comparta con ellos, de acuerdo a su edad y grado de desarrollo psicoevolutivo, la promesa de un hermano como un acontecimiento que le permitirá ser importante en la relación con sus padres y hermano. Los Mamá y papá deben explicar que este hermano llega con amor y “regalos” para él y su familia. 

Obviamente cada caso es particular y algunas mamás prefieren esperar varios años y otras tener un bebé enseguida. Consultamos a dos mamás, cada una con una experiencia diferente, para que nos relate su vivencia. 

Josefina decidió que cuando su primer varón cumpla un año, buscaría al hermanito. Y como el embarazo no se hizo esperar, cuando en grande tenía 20 meses, llegó el hermanito. Cuenta que esto fue posible porque su primer hijo fue un niño muy bueno, de buen dormir y por lo tanto ella no estaba “agotada” como otras madres. Si bien tuvo un período en que ambos usaban pañales, hoy tienen 4 y 6 años y son muy compañeros y está feliz con la experiencia que tuvo. En cambio Camila, decidió buscar al segundo (que está en camino) recién cuando Federico cumplió los 5. Nos comenta que quería disfrutar a su hijo a pleno, que sentía que si tenía otro no le podría dar tanta atención y por eso decidió que el segundo llegara cuando el primero esté más maduro y ya tenga sus propias actividades como jardín de infantes, club, etc. 

Lo importante es que sea cual sea la decisión que tomes, la disfrutes a pleno! 

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