Sólo con observarlos unos minutos nos damos cuenta de que la diversión va más allá de verse con una apariencia diferente. Entre los 5 y 6 años, el disfraz adquiere un valor muy importante. El niño no sólo siente placer al adquirir una forma nueva; empieza a disfrutar viviendo el personaje y recreando situaciones inventadas. Se desarrolla el pensamiento simbólico. Para ser un pirata aunque se sepa que no lo es, hace e falta una evolución que los niños más pequeños aún no poseen. El pensamiento simbólico empieza a formarse muy lentamente a partir de los dos años y medio y se desarrolla durante toda la edad escolar.

Aprenden A Ponerse En El Lugar De Los Otros

El pensamiento egocéntrico de los niños es característico de las primeras edades y significa que este es incapaz de ponerse en la perspectiva de otra persona. El mundo existe, porque él existe, y todas las personas que lo rodean están en función de su existencia. Así es que, aunque le digamos “no le pegues a tu hermano porque le duele” puede que vuelva a repetir la acción porque no interioriza en forma adecuada el punta de vista del otro. Comprende los aspectos que él capta, pero le cuesta mucho entender lo que sienten otras personas. El pensamiento egocéntrico va desapareciendo a medida que el pequeño evoluciona a nivel intelectual. Los juegos que facilitan el distanciamiento de uno mismo son importantísimos. Cambiar de personalidad es fundamental para la evolución psíquica y cognitiva.

El Personaje Elegido Revela Su Mundo

Además, gracias a esta descentralización del yo, el niño capta situaciones de la vida y las exterioriza a través de su personaje; esto lo ayuda a resolver sus conflictos. En los juegos simbólicos, como son los disfraces, salen a la luz las ansiedades y los temores del chico. Los pequeños conflictos suelen reflejarse en el tipo de personaje elegido y en la resolución de las historias que inventa. Podemos deducir que, si siempre elige el mismo tipo de personajes (luchadores, vencedores, víctimas, dominantes, sumisos…), es posible que necesite expresarse a través del disfraz. Y la elección es una pista sobre su mundo interno. Los disfraces son una vía extraordinaria para ayudarlos. Por supuesto, en muchas ocasiones el pequeño disfruta sólo por el solo hecho de verse disfrazado.

La alegría de este juego reside, en su mayor parte, en la libertad a la hora de elegir el personaje. Se les puede dar ideas, pero es importante dejar que él decida. El diálogo unos días antes es muy interesante, y si participa en su elaboración, todavía resulta más eficaz.

Ideas Sencillas Para Que Él Participe

No hace falta que los disfraces sean complicados, la imaginación de los chicos puede darles ideas deslumbrantes. Pirata Sólo es preciso disponer de can cans en color negro o marrón, una camisa blanca a la que podamos añadir volados en los puños y cuello, un antifaz negro, la espada de plástico, cartulina para hacerle unas botas. Un bigotito muy fino pintado con lápiz negro le dará un toque final.

Dragón Se necesita un conjunto deportivo (o mallas y remeras en color verde), con capotita del mismo color. Hay que coserles recortes de tela por ejemplo en color morado por todo el cuerpo, como si fueran manchas irregulares. También se cose una tira de triángulos terminada en cola, en fieltro verde, desde la cabeza hasta el final de la espalda.

Astronauta Necesitamos un conjunto deportivo blanco. Con papel de aluminio reforzado o pegado sobre cartulina se pueden hacer los protectores de brazos y piernas, cosidos a la ropa. Una bandeja grande de aluminio (de esas que no pesan nada) a la que se le puede añadir cualquier objeto o material galáctico que encontremos en casa (cables, moldes de aluminio de flanes, coladores…) se sujeta con tiras anchas para llevar colgada como si fuera una mochila pero por delante. En la cabeza, un colador de su tamaño con moldes de aluminio es perfecto.

Caramelo de frutilla Se hace con papel celofán rosa, frunciéndolo suavemente a la altura de los muslos y del escote, sin olvidar dejar los agujeros para los brazos, mallas de baño, buzo y championes del mismo color. Se pueden recortar unas letras y frutillas, dibujadas sobre cartulina, y pegarlas en la delantera y en la parte de atrás. Labios y maquillaje rosa son los últimos retoques para poder convertirse en un rico caramelo.

Aparte De Que Es Un Juego, Disfrazarse Es Enriquecedor Porque:

  • Favorece la creatividad.
  • Las posibilidades de imaginar situaciones son ilimitadas.
  • Desarrolla el pensamiento simbólico.
  • En el terreno emocional, ayuda a captar sentimientos y a liberar tensiones o ansiedades.
  • Para imitar se requiere un enorme esfuerzo de atención previa, y esto enriquece muchísimo al pequeño.

 La foto fue tomada de: www.morguefile.com 

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