Esta es una interrogantes de los padres que hoy se ha acrecentado, debido a la situación económica que atraviesa la sociedad entera y porque la vorágine de esta era, nos hace olvidar lo importante que es parar, mirar a los ojos a nuestros niños y poderlos escuchar.

Resulta muy difícil para un padre decirle a su hijo que no le puede comprar eso que el desea. ¿Como encarar entonces esta situación?

A no olvidar, a pesar de lo que la sociedad nos quiere imponer, lo más importante que tenemos para darle a nuestros hijos es nuestro amor y comprensión, sin dejar de tener en cuenta que la puestas de límites son de gran importancia para su desarrollo.

Dependiendo de la edad de nuestro pequeño, será la forma en que lo debamos encarar. Se le deben explicar la razón por la que nos vemos impedidos de cumplir su pedido, naturalmente y sin sentimientos de culpa. No tratamos de que el niño se sienta mal porque no tiene lo que desea, ni que se sienta responsable por la situación económica en que se vive. Los niños, cuánto más pequeños son, más posibilidades tienen de sentir que lo malo que pasa es culpa de ellos. Esta es una de las razones por lo que hay que explicarles el porqué de los acontecimientos, no por ser pequeño no se merece respuestas. Con la mayor tranquilidad y seguridad de lo que le decimos, evitamos que sienta que esa aparente carencia es un simple capricho de los padres, logramos así que pueda entender y sentir que todo esta bajo control brindándole seguridad ante algo que él no puede controlar y que cada cosa tiene un porqué. De esta manera trasmitimos a su vez nuestra escala de valores, donde uno puede discriminar las prioridades para cada momento, siempre dejándole claro que sus necesidades también son importantes y por esa razón se le explica el porqué de la decisión.

Sería conveniente poder sentarse hablar con el pequeño, que sienta que se le habla de igual a igual, aunque teniendo en cuenta que es un niño, utilizando palabras simples que se encuentren a su alcance, dejandole en claro además, que no es por que el se haya portado mal o porque no hizo caso. Es común que muchos padres utilicen el “porque te portaste mal” para salir del paso, de esta forma lo único que hacemos es que nuestro niño sienta que se trata de un castigo y que asocie el no comprarle aquello que quiere, con un eterno castigo y no con el hecho de que sus papás en este momento no pueden, y que no es porque el sea un niño malo. Así lentamente va ir incorporando el valor de las cosas entendiendo el valor de las cosas, junto con algunas otras conductas que hagan que el niño tenga que poner de sí, para lograr lo que quiere.

Esta situación naturalmente puede hacernos sentir mal, creyendo muchas veces que si no podemos complacer a nuestro hijos con esos juguetes que quieren, somos malos padres. Pero a no desesperar. Aquí es donde entra la creatividad y destreza de nosotros como padres. Hay que encontrar junto a nuestros hijos cuáles son sus intereses, para buscar de alguna manera algo que lo sustituya y reconforte, que no sienta que el no tener lo que quiere significa el fin del mundo, demostrándole de esa manera que puede divertirse y jugar haciendo otras cosas. Somos los padres quienes le presentamos el mundo a nuestros hijos, depende cómo nosotros se lo mostremos, como ellos lo podrán vivir. Es decir, que tienen que ser coherentes nuestros actos, con lo que decimos y poder compartir con ellos las cosas de la vida.

¿Qué hacer entonces?

Seguramente será mas enriquecedor para el niño, un tiempo de juego con los padres o una charla, un espacio donde se pueda crear en familia, que una muñeca nueva o una maquinita elecrónica.

La época en que vivimos lamentablemente se olvida, que tenemos a nuestro cargo personas que viven en el hoy, que sienten alegrías y sufren como todos nosotros, donde sus tiempos y deseos son tan importantes como los nuestros. Con esto lo que les queremos decir es que, no pensemos en nuestros niños como hombres del mañana, como futuro, porque si bien lo serán, en este momento lo importante es lo que sienten y son hoy.

Por esta razón no hay que quitarle importancia a lo que nos reclaman, hay que escucharlos y explicarle las razones del porque “no”, de esta simple manera además de aliviarles la incertidumbre y miedo que le acarrea el enfrentarse con el mundo que está aprendiendo a entender y a conocer sus reglas, le estamos demostrándo con hechos lo que es el escuchar y respetar al otro. Las palabras muchas veces le resultarán poco comprensibles, pero lo que sin duda entenderán es que ahí tienen a un padre que está preocupado por él, que lo tomó en cuenta y que el tiene un lugar en la familia donde su voz va a ser escuchada siempre. En resumidas cuentas, no pensemos que porque son pequeños no necesitan una explicación, porque no van a entender, quizás no entiendan exactamente, pero sabrán que hay cosas que se pueden y otras no, porque en definitiva así es la vida, y por sobre todas las cosas, que el no tener eso tan deseado no implica el fin del mundo sino el principio de otro camino. Estas son apenas sugerencias de como enfrentar este tipo de situaciones que a cualquier padre nos inquieta, sin duda no existen recetas pero si sugerencias, el arte está en como cada uno de nosotros como padres las podemos llevar a cabo en la vida cotidiana, pudiendo ser flexibles y concientes ante aquellos acontecimientos que nos hacen dudar sobre como actuar.

Además siendo creativos se pueden encontrar alternativas interesantes. Por ejemplo si quiere un juguete de determinado personaje, se puede buscar en internet una foto o dibujo y hacer juntos un títere de ese personaje, o agarrar un aropa vieja y transformarla en ropa nueva para una muñeca.

A modo de colusión, priorizar el contacto y la calidad del tiempo juntos, es lo que sin duda podrá compensar la falta de esas cosas que nos gustaría darles, porque las cosas se rompen desaparecen y se deterioran, el amor que les damos se fortalece, crece, se hace grande y perdura durante la eternidad 

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