Si bien el segundo hijo puede llegar sorpresivamente, la mayoría de las veces es una decisión que cuesta tanto o más que con el primer hijo.

Es común que tomar esta decisión resulte mucho más difícil que encargar el primero, ya que en el primer caso prima mucho más el deseo de formar familia, de realizarse como papás, el desconocimiento de todo lo que apareja la llegada de un bebé… Agrandar la familia, ya con la experiencia de embarazo, parto y crianza, es una decisión compleja. Habitualmente los padres sienten que la familia ha encontrado un equilibrio y se sabe un hermanito llegará a la casa produciendo grandes cambios, y los cambios generan temores.

¿Qué factores hay que tener en cuenta?

Fundamentalmente uno: el deseo de tener otro hijo: la pareja debe tener los niños que deseen. Sentir que esta experiencia les enriquecerá y les traerá felicidad. Tener el segundo hijo para darle un hermano al mayor no parece ser un motivo lo bastante fuerte. Es muy difícil encontrar una situación ideal, donde coincidan nuestro deseo, equilibrio, buena situación profesional y económica y la predisposición de nuestro primer hijo, que además nunca se sabe como reaccionará. Pensar si sentirá más celos a los 2 o a los cuatro años, es imprevisible. Demasiada diferencia trae la incógnita de si no será como tener dos hijos únicos.

Podría decirse que hay algunas tendencias: las parejas que deciden tener varios hijos seguidos, que serán muy compañeros y luego terminar la etapa de la crianza y la mamá quedar más libre para a veces iniciar una vida laboral, suelen ser parejas jóvenes. Las parejas con madres de más de 35 años, completan su familia rápidamente para evitar embarazos de riesgo. Otras parejas eligen esperar 3 o 4 años entre el hijo menor y el que le sigue, para que el menor tenga sus actividades al nacer el segundo y así la madre podrá criarlo más tranquila y aprovechando su experiencia disfrutar del bebé más serena. La Organización Mundial de la Salud recomienda dejar transcurrir dos años entre cada embarazo para recuperarse por completo del embarazo, el parto y la lactancia que demandan un gran esfuerzo para el organismo de la madre.

¿Y en cuánto al parto?

Si bien en el segundo embarazo la madre se encuentra más exigida que en el primero, al tener la responsabilidad de su hijo, generalmente da menos importancia y se preocupa menos por los cambios físicos que ya conoce y el parto suele ser mucho más fácil pues el factor miedo es mucho menor y la experiencia le permite colaborar con el equipo que la asiste. Aunque obviamente no hay reglas y también inciden factores como tamaño del bebé, posición del mismo, etc.

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