Es provocada por una sensibilidad especial al gluten, proteína que está presente en el trigo, la avena, la cebada y el centeno.
Esta enfermedad por lo general comienza en la infancia y, sobre todo, en menores de dos años. Es provocada por una sensibilidad especial al gluten, proteína que está presente en el trigo, la avena, la cebada y el centeno. La gliadina, una fracción especial de esa proteína, es la responsable última de la enfermedad ya que induce una reacción que daña las vellosidades en el intestino delgado, cuya función es absorber los nutrientes de los alimentos. Por lo tanto, si las vellosidades sufren un daño, el cuerpo no puede absorber los nutrientes que necesita para desarrollarse. Si esto sucede, el niño puede sufrir desnutrición.
Se puede observar que los bebés no ganan peso y no se desarrollan como se espera. Los niños pueden tener diarrea, dolor de estómago, flatulencia, pérdida de peso y fatiga. Algunas personas pueden no tener ningún síntoma.
La enfermedad es hereditaria, por lo que si algún miembro de la familia tiene la enfermedad, su hijo puede desarrollarla. En estos casos es recomendable que se sometan a una prueba. Si la enfermedad no se detecta a tiempo, puede causar serios problemas de salud.
La enfermedad no tiene cura, pero sí existen tratamientos para evitar los síntomas y cualquier daño que hayan sufrido los intestinos. Las personas celíacas deben eliminar el gluten de la dieta de por vida. Un nutricionista puede planificar una dieta.
En nuestro país, se encuentra ACELU, la Asociación de Celíacos del Uruguay, que brinda información exhaustiva en relación a los alimentos, las marcas, precios, lugares de compra y recetas para prepararlos.