Mimochi es un proyecto que busca recolectar mochilas con útiles escolares para niños que, si no fuera por esta ayuda, comenzarían el año sin lo mínimo necesario.

Mimochi es un proyecto que busca recolectar mochilas con útiles escolares para niños que, si no fuera por esta ayuda, comenzarían el año sin lo mínimo necesario. La idea es que la gente prepare una mochila con útiles escolares para donar y la acerque a alguno de los puntos de recepción. El lema que los mueve es poder dar “un mimo y una mochila para todos los niños”. En 2018 entregaron casi 1700 mochilas completas a niños de 35 instituciones, y este año esperan superar este número. 

Gabriela Fleiss, Déborah Durlacher, Nathalie Macadar y Patricia Albojer son las cuatro mujeres uruguayas que crearon este proyecto solidario e inspirador. En esta entrevista nos cuentan un poco más: 

1. ¿Cómo surgió el proyecto y el nombre?

Somos un grupo de amigas que de alguna manera u otra, más allá de la amistad profunda que nos une, siempre estuvimos relacionadas con actividades y proyectos educativos y solidarios. Al convertirnos en madres, las ganas de seguir haciendo algo por la sociedad se potenció. Y entre charla y charla, encontramos campañas que juntaban mochilas completas en otros países. Se nos ocurrió que podíamos hacerlo acá, en especial porque nos encantó la idea de ayudar en un momento tan importante como es el inicio de clases.

Sobre el nombre, debemos decir que no fue fácil. Queríamos algo que pudiera representar no sólo lo material sino también el cariño que hay en cada acto solidario. Y así, en una gran lluvia de ideas apareció Mimochi, que contempla ambas facetas del proyecto: “un mimo y una mochila para todos los niños”.

2. ¿Cuándo surgió y cómo ha crecido en estos años?

Comenzamos en el verano de 2017, con la idea de recolectar 80 mochilas para una escuela. A los pocos días que lanzamos la campaña en las redes, ya teníamos nuestro primer objetivo cumplido, entonces fuimos por más. Llegamos a 1400 niños ese año y el año pasado a 1700 de diferentes partes del país. Realmente para nosotras fue una sorpresa cómo la gente se contagió y se sumó a nuestro movimiento. Siempre esperamos seguir creciendo, pero cada mochila que entregamos es importante, es un niño que empieza el año de una forma distinta, así que todo lo que juntemos es un logro para nosotras.

3. 517 niños de la escuela número 350 de Casavalle son el primer objetivo. Pero imagino que hay más en “lista de espera”. ¿Cómo se designa el centro? ¿Nos cuentan más sobre esto?

Estamos felices porque ya podemos decir que conseguimos todas las mochilas para los niños de la escuela N°350, que son más de 500. Pero como decís, tenemos muchas instituciones que nos están esperando y se verían muy beneficiadas con esta ayuda. Para designar los destinatarios, recibimos sugerencias de muchos directores, inspectores, maestros y de personas que trabajan como voluntarias en algunos centros. Porque no solo estas mochis las entregamos a escuelas, sino también a clubes de niños, ONGs, hogares del INAU y diferentes colectivos. El trabajo con ellos empieza mucho antes de la entrega. Hay que conocer sus necesidades, la cantidad de niños, y otros datos que son importantes a la hora de decidir a quiénes haremos la donación. Por lo general tratamos de colaborar con quienes más lo necesitan.

4. ¿Cómo es el trabajo con los colegios y empresas que colaboran?

Desde el año pasado hemos implementado el trabajo con colegios y con los departamentos de RSE de muchas empresas, y la verdad que nos hemos sorprendido de la excelente respuesta que tuvimos. Vimos que hay muchísima voluntad de colaborar, así que ya desde octubre del año pasado empezamos el trabajo con ellos. Hoy, casi a fines de febrero, podemos decir que tenemos cientos de mochilas armadas por equipos de trabajo, en jornadas donde cada trabajador participó de Mimochi, y obviamente las propias empresas que pusieron de su presupuesto para proyectos como el nuestro. Estamos muy agradecidas por el apoyo y la confianza.

5. ¿Han recibido otro tipo de colaboración más allá de las mochilas con útiles escolares? ¿Nos pueden contar alguna anécdota?

Los dos primeros años recibimos muchísimas cosas. A veces hacíamos el chiste de que tendríamos que cambiar el nombre por “Mitodo” (hemos recibido bancos, sillas, moñas, túnicas, etc.). Cada cosa que recibiamos la donábamos a quienes creemos que más lo necesitan en base a la información que tenemos de las instituciones que están en nuestra lista de beneficiarias. Sin embargo, siempre tratamos de aclarar que el proyecto tiene su objetivo principal, y que si nos desviamos de él, entonces las energías se dispersan. Este año estamos muy abocadas a las mochilas, y eso creo que la gente lo comprendió y se centró en colaborar con lo que pedimos.

6. ¿Cómo es la entrega de mochilas? ¿Cómo lo viven ustedes?

Por lo general las entregas son momentos muy especiales. Los niños nos esperan con mucha emoción. La misma que tenemos nosotras. Así sentimos que son las entregas: momentos donde todos “crecemos” un poco, donde todos nos llenamos de energía positiva. Son experiencias en las que la mirada que tenemos sobre las cosas se tiñe de un color más lindo. Y no sólo nos emocionamos nosotras y los niños, también las maestras, los directores, los padres… Todos estamos agradecidos, y así debe ser un verdadero acto solidario: la felicidad se percibe en cada uno de los participantes.

7. ¿Alguna anécdota sobre algún regalo extra que vino en alguna mochila? ¿Y sobre las entregas de las mochilas en las escuelas?

Abrir cada mochila para nosostras es muy especial y siempre es una sorpresa. Muchas veces nos encontramos con cartas escritas por niños, alentando al estudio y a cuidar las cosas. A veces las mochilas vienen con llaveros preciosos o algún extra como marcadores fluo, peluches o meriendas. Nosotras tratamos de que todas tengan lo mismo, pero cuando es un detalle así lo dejamos, porque entendemos el cariño que hubo en el armado.

Anécdotas hay muchísimas, pero creo que una que nos llama la atención es la emoción con la que los niños miran los libros que reciben. Se juntan entre ellos y se los muestran. Son pequeños tesoros, que ahora son de ellos. Este plus nos alegra enormemente, porque acercar a los niños a la lectura es una tarea difícil hoy en día, y aunque parezca loco, con este pequeño acto, creemos que logramos dar un paso importante.

¡Tenés tiempo hasta el 28/2 para colaborar! La lista con los materiales y los lugares de recepción los pueden ver en las imágenes de esta nota.

Se pueden contactar con el proyecto a través de Facebook, en la página Mimochi Uruguay, o por mail: mimochiuruguay@gmail.com

Por Lic. Maite Xavier

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