La fimosis es la estrechez de la piel que recubre el glande, lo que impide su retracción y la exposición total de la punta del pene debido a la presencia de adherencias.
El 80% de los recién nacidos tienen el glande protegido por el prepucio y se considera normal que durante los primeros años no pueda retraerse. Pasados los dos o tres años, no poder retirarlo no es normal.
Si las adherencias están acompañadas de una estrechez en la piel del prepucio, puede producir un intenso dolor al intentar retraerla. También pueden presentar una hinchazón del prepucio antes de la salida de la orina. Cuando el caso es leve, solo presentará dolor al intentar retirar el prepucio para limpiar el glande. La dificultad de la limpieza puede provocar el acúmulo de una secreción fisiológica que se denomina esmegma entre la piel y el glande. Esto puede dar lugar a las balanitis: infecciones locales dolorosas y presencia de pus. En el futuro, este problema puede ocasionar trastornos en las relaciones sexuales por la excesiva sensibilidad del glande.
La fimosis puede ser hereditaria o puede aparecer como consecuencia de una alteración de la piel del pene del niño. Los niños que tienen fimosis deben extremar las medidas higiénicas. El tratamiento de las fimosis consiste en utilizar corticoides locales por un tiempo, si persiste se realiza una cirugía que consiste en la retirada de la piel que recubre la cabeza del glande. Se realiza luego de los tres años.