Paula a los 6 años empezó a desarrollar los senos. En poco tiempo estos fueron aumentando de tamaño y le empezó a aparecer el vello púbico.
Aproximadamente al mes su mamá notó que al incipiente busto se le había sumado vello púbico, y recurrió a un endocrinólogo. Lo primero que él vio fue que su paciente tenía la estatura de una niña de 9 años. Tras varios exámenes de laboratorio, le diagnosticó pubertad precoz de causa desconocida.
Lo cual no llama la atención porque en una pequeña cantidad de casos se puede diagnosticar la causa, un tumor, problemas neurológicos, retardo mental.
Para solucionar su problema, Paula se someterá a un tratamiento de 4 ó 5 años, durante los cuales tomará fármacos que inhibirán sus hormonas femeninas. En los varones esta patología es menos frecuente y generalmente se puede diagnosticar la causa en la mitad de los casos.
Casos como este, que hace 15 ó 20 años ni siquiera se consultaban, hoy son cotidianos para muchos médicos. Uno de ellos es Mauricio Coll,de Colombia, pionero de la endocrinología pediátrica, que atiende entre 20 y 30 pacientes con pubertad precoz cada mes.
”Hablamos de precocidad cuando los caracteres sexuales secundarios (vellos, senos y genitales más grandes) aparecen antes de los 8 años en el caso de las niñas y de los 9 en el de los niños -aclara-. En ellas es más frecuente, no se sabe por qué”.
Lo que sí se sabe, dice, es que la pubertad se ha venido adelantado, en parte por la alimentación.
”Además de las hormonas que les dan a algunos animales para el consumo humano, ciertos pesticidas con los que se fumigan vegetales comestibles contienen compuestos similares a los estrógenos (hormonas que hacen desarrollar los caracteres sexuales secundarios). Lo mismo pasa con objetos como las bolsas plásticas”, afirma Coll, cofundador de la Asociación Colombiana de Endocrinología Pediátrica.