Nuestros bebés al nacer tienen actualmente la posibilidad de tener al menos tres abuelos vivos. Eso es realmente algo muy valioso para ellos.
De acuerdo a la forma en que vienen dando las generaciones, nuestros padres reciben una gran impresión con el nacimiento del primer nieto. Es como si se abriera una página nueva en la vida de ellos.
En efecto se ven colocados en este nuevo rol, que puede tener múltiples facetas. ¡¡Ir a casa de los abuelos es una fiesta!!
Allí se encontrarán con muchas sorpresas… Además los abuelos tienen tiempo de jugar con sus nietos, sin estrés, de contarles historias. De prepapar ricas tortas que a los chicos les gustan. Sin la obligación de educarlos, pueden disfrutar a los nietos como se debe: dispensándoles todo el cariño.
¡¡Qué bueno es poder refugiarse en casa de la abuela cuando se sienten incomprendidos en casa!!
Los abuelos, ricos de experiencias vividas, y en conflictos de padres e hijos pueden desenmarañar las crisis y sobre todo aconsejar a todos y a cada uno criteriosamente. Eso puede ser maravilloso.
Gracias a los abuelos, los niños descubren que sus padres también fueron niños y eso les intriga y les apasiona; ”cuéntame qué cosas hacía cuando cuando era chico”. Los niños encuentran fotos de antes y aprenden sobre el paso del tiempo. Es bueno para los niños poder seguir una línea familiar y descubrir sus raíces… los niños descubren así el envejecimiento y la muerte. Comprenden que es parte de un ciclo natural y eso es realmente muy positivo.