¿Cómo aprende un niño lo que está bien y lo que está mal? Muy fácil: aquello que es permitido por sus padres es lo que está bien y aquello que no, es lo que está mal.
Prestar atención a las conductas adecuadas
Recuerden algo muy importante a la hora de poner límites. Así como prestamos atención a las conductas inadecuadas para corregirlas, hay que prestar muchísima atención a las conductas adecuadas. ¿Para qué? Para lograr que se repitan, para que se incorporen a su repertorio conductual. Tengan en cuenta que premiar no es sólo comprar algo de valor. Un gran estimulante para el niño es su atención. Dependiendo la edad, puede premiar con un beso, abrazo, una canción, si es más grande con su salida favorita, ir a andar en bici juntos o ver su película favorita juntos también. Las opciones son muchas, pero eso sólo cada una nosotras sabe que es lo más gratificante para nuestro hijo.
Con calma, poner límites claros.
A la hora de poner límites lo primero es mantener la calma. Estos deben ser claros y aplicados siempre independientemente de nuestro humor. No podemos pedir a los gritos las cosas, y luego pedirles a nuestros hijos que no pidan las cosas a gritos, que esa no es la manera de hacerlo. Recuerde que los niños aprenden por imitación, somos su modelo a seguir. Basta de tirar al piso tus juguetes… Pongamos un ejemplo: ¿de qué sirve decir 20 veces, “basta de tirar al piso tus juguetes” si a la onceava vez que se lo digo el niño ya no esta escuchando? Recuerde que el niño no se va a guiar por lo que el papá dice sino por lo que el papá hace (papá o mamá).
Su comportamiento depende de nuestro comportamiento
Recuerde que el comportamiento de los niños depende de las respuestas que usted tiene frente a sus comportamientos. Por ejemplo, si le pide algo a los gritos, o con pataletas no debe conseguirlas y si un día está cansada y cede para no tener que tolerar dicha pataleta, va a retroceder todo lo que ha lograda hasta ahora, ¡así que mucho cuidado! Otras veces cuando nos damos cuenta que nuestro hijo lo único que desea es llamar nuestra atención, pero lo hace de mala manera, por ejemplo a los gritos, podemos tratar de extinguir esa conducta no respondiendo a la misma o como diríamos “hacemos oídos sordos”. Vale aclarar que no todos pueden sostener esta postura. Cada una elegirá lo que le parezca mejor.
Hay que tener en cuenta
a- Cuando su hijo haga algo que le molesta, que Ud. entiende que es una conducta inadecuada, pregúntese que es lo que su hijo quiere lograr con esa conducta. Ya sea un objeto, atención, cariño etc. Entonces Ud, hará todo lo que pueda para que No consiga su objetivo.(siguiendo alguno de los dos caminos dichos anteriormente). b- Cuando su hijo tenga una conducta adecuada, piense que es lo que desea obtener, que es lo que pretende conseguir con esa conducta, si quiere atención, cariño, agradarnos o QUÈ? Si esta dentro de sus posibilidades haga lo posible para que consiga lo que quiere (dentro de lo que está nuestro alcance). Dicen que no hay recetas, pero por suerte hay caminos que otros han probado y que en este momento estamos compartiendo con Uds., por el bien de nuestros hijos, hasta la próxima.
Psic.Viviana Vaisenberg
Terapeuta del Comportamiento.
Consultorio: 2710.25.01 Celular: 099.380.379