Nota sobre los riesgos de que los niños caigan en la droga, las razones por las que puede suceder y cómo intentar la prevención.  
 Esta nota está inspirada en un capítulo del libro de Icami Tiba, Quien Ama Educa (Ediciones Alfaguara 2009, Buenos Aires, Argentina).

En dicho libro Icami Tiba señala que hoy el riesgo de que un joven o adolescente consuma drogas es muy, muy grande y que la prevención no debe comenzar cuando éste comienza a salir con sus amigos a los 13 o 14 años, sino muchísimo antes.

Tiba señala que hay muchas razones que llevan a los adolescentes a probar las drogas y que por supuesto no podremos controlar todas ellas, pero sí trabajar sobre algunas cuestiones educativas – familiares que pueden predisponer al niño, para en un futuro, consumir o no drogas. 

Factores educativos que pueden predisponer a los niños a consumir drogas:

Libertad extrema

Los niños que crecen creyendo que pueden hacer todo lo que quieran, continúan comportándose de igual manera al llegar a la adolescencia. Tiba explica que “los niños sin límites se guían por su yo interior instintivo (animal), no miden las consecuencias ni asumen responsabilidades”. Es fundamental que desde pequeños comprendan que existen los límites y que hay cosas que están permitidas y otras que están prohibidas. Así llegado el momento, les será más sencillo asumir que las drogas están prohibidas. 

Confundir lo agradable con lo bueno

No todo lo que me gusta necesariamente es bueno, como no todos los momentos amargos son malos. Al igual que un niño no puede comer todas las golosinas que quiere aunque le gusten, de adulto no podrá tener sexo sin seguridad aunque le guste o excederse en el alcohol porque es divertido o consumir drogas “porque le gustan”. Debemos enseñarles a los niños que el placer es un instinto físico, pero lo bueno y lo malo se define a través de nuestros valores incorporados racionalmente, no de los instintos.

Desconocer la relación acto-consecuencia

Muchos padres “perdonan” constantemente los actos equivocados de sus hijos impidiendo que los chicos aprendan esta relación. Si “no pasa nada” cuando los chicos no guardan sus juguetes, no comparten son sus amigos o no hacen los deberes en la escuela, no logran entender que son responsables de sus actos y que cada acto tiene su consecuencia. Si no guardan sus juguetes, podemos obsequiar alguno de esos juguetes a niños necesitados, si no comparten podemos no darles la golosina o el juguete nuevo que pidan la próxima vez, etc. No somos los padres los que debemos asumir las consecuencias de lo que los chicos hacen mal, ellos deben ser responsables por sus acciones.

Ausencia de obligaciones

Quienes consumen drogas suelen ser jóvenes con personalidades débiles y bajo nivel de autoestima. Para fomentar su autoestima los niños deben hacer cosas y ser felicitados y estimulados por ello. ¿Qué tipo de cosas? Todas aquellas para las que están capacitados según su edad. Vestirse solos, ayudar a poner la mesa, hacer solos sus deberes, hacer algún mandado cerca de casa, ordenar sus juguetes, etc.

Ser egoísta

El niño debe ser amado, pero también debe aprender a corresponder ese amor. Debe aprender desde pequeño que no vive solo en el mundo y que todo aquello que realice es importante para él pero también para quienes lo rodean. No debe crecer con la actitud de “hago lo que quiero porque quiero” porque esa actitud es la que lo llevará a pensar que “puedo consumir drogas porque quiero”. Enseñarle a pensar en los demás desde chiquito hará que en determinado momento tome consciencia de que sus padres se preocupan por él y tomar riesgos innecesarios lo perjudican personalmente pero también a su familia.

Una educación demasiado seguidora de las modas

Si los padres compran los últimos aparatos electrónicos porque están de moda, o porque todo el mundo los tiene o critican a los personajes que aparecen en la televisión porque todo el mundo lo hace, no podrán pretender en el futuro que los chicos “no hagan lo que todos hacen”. Es necesario que los niños aprendan a actuar racionalmente, siendo concientes de sus acciones, sin importar lo que hagan los demás. Es bueno que sepan desde pequeños que “no todo lo que hace la mayoría es necesariamente bueno”, no porque haya chicos que se porten mal en la escuela ellos deben hacerlo, ni porque otros niños hagan burlas a sus amigos ellos deben hacerlo. Ellos pueden pensar y decidir por su cuenta como actuar sin imitar a otros.

Falta de ética

Un comportamiento ético se aprende en casa. El uso de drogas, la mentira, la violencia y la delincuencia están muy relacionadas. Si de chicos les toleramos las mentiras o los insultos, creerán que después toleraremos también las drogas. Pero para tener un comportamiento ético es fundamental que los chicos tengan autoestima y seguridad en sí mismos y esto sólo lo lograrán enfrentando y superando pequeños desafíos cada día, para lo cual deben hacer cosas y no hacer nosotros todo por ellos.

Por supuesto, ni aún tomando estas consideraciones podemos asegurar que nuestros hijos no consumirán drogas. Pero si fueron bien educados, hay mucha más probabilidad de que ante el ofrecimiento de un amigo o un conocido una voz interior les recuerde que las drogas son perjudiciales y que no necesitan experiencias extraordinarias para tener una vida dichosa. 

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