En los festejos de las fiestas siempre pueden ocurrir accidentes ya sea por utilizar fuegos artificiales o por desatención.

En los festejos de las fiestas siempre pueden ocurrir accidentes ya sea por utilizar fuegos artificiales o por desatención.

El llamado factor humano es la principal causa de accidentes, está especialmente involucrado en el aumento epidémico que se observa durante ”las fiestas de fin de año” y posteriormente en la temporada estival de vacaciones.

El período de fin de año y año nuevo, con el comienzo de la temporada estival y de las vacaciones, se asocia con un fenómeno social y cultural, durante el que aumenta el consumo de alcohol y drogas, junto a cierto grado de euforia colectiva, con un mayor número de desplazamientos por viajes y traslados. Esto ocasiona un mayor número de accidentes en general, y de tránsito en particular. 

Por sus graves efectos y costos tanto a nivel individual, familiar como social (pensiones, orfandad, horas de trabajo perdidas, costos de asistencia y rehabilitación), los accidentes no dejarán de considerarse enfermedades. Y el incremento de las fiestas será pico epidémico, aunque su causa no sea un virus, sino hábitos y costumbres culturales. 

En el correr del siglo pasado, en la medida en que se comenzaron a incorporar y aplicar a la medicina los estudios estadísticos y poblacionales, se pusieron en evidencia, cada vez más, situaciones que comprometen la salud, como verdaderas noxas, aunque no tengan un origen puramente biológico. 

A la antigua concepción de enfermedad, como fenómeno con causas exclusivamente somáticas, se agregaron otras entidades morbosas, como son los accidentes, que reconocen una nosología no sólo biológica. El aumento de los accidentes, producidos en ocasión de los festejos de fin de año y año nuevo son un ejemplo, pues ello ocurre en relación a hábitos culturales y actitudes psicológicas que han de ser comprendidas y moduladas para evitar los efectos morbosos, cuantificados en número de muertos y enfermos graves. 

Con un 5% de causa de muerte, los accidentes constituyen la tercera causa de muerte de la población general, y sólo cede su triste privilegio a las enfermedades vasculares (coronarias y cerebrales) y al cáncer. Ese tercer lugar puede jerarquizarse aún más, a los efectos de su prevención, si consideramos, por ejemplo, que las muertes por meningitis, pese a no alcanzar dichas cifras, despiertan gran inquietud y deseos de prevención; y además, las muertes por patología vascular y cáncer, disminuyen la edad promedio de sus víctimas, en 10 años, mientras que los muertos por accidentes, pierden un promedio de 30 años. 

Como especialidad médica, la accidentología, tiene sus mayores éxitos, dentro de la medicina preventiva, y sin duda será necesario aplicarla especialmente, en los días que van del 24 de diciembre hasta el 2 de enero. 

En estas fechas, se supera largamente el 40% de asistencia que se dedica a los accidentados, por parte de las Emergencias de Hospital (en estimación anual, de accidentes por la Emergencia del Hospital de Clínicas), y causan una sobre demanda exagerada, en todos los servicios de emergencia, intra y extra hospitalarios. 

Si bien las causas de accidentes son muy variadas, como por ejemplo los accidentes laborales; en el pico epidémico que nos ocupa, si bien hay frecuentes accidentes por quemaduras (en general por cohetes, que aumentan mucho las consultas), los accidentes de tránsito, son los más graves. 

Se habla, en todo el mundo, y también en Uruguay, de una transición epidemiológica , que transita en la morbimortalidad, desde las enfermedades infecciosas en los más jóvenes, a otro tipo de enfermedades, que afectan a los de edad madura, entre los que se encuentran los accidentes, y dentro de éstos, los accidentes de tránsito, vinculados al aumento en la densidad de vehículos automotores, y a la velocidad que desarrollan. 

Tanto en Uruguay, como en el resto del mundo, los factores de riesgo para los accidentes, estimados estadísticamente, no dependen tanto de factores extrínsecos al conductor, como son el tipo y cantidad de tránsito, sino fundamentalmente, por factores intrínsecos al conductor. 

El llamado factor humano , es la principal causa de accidentes, y es el que es preciso tener en cuenta para su prevención. Este factor humano, es el que está especialmente involucrado, en el aumento epidémico que se observa durante las fiestas de fin de año , y posteriormente, en la temporada estival de vacaciones, durante los meses de enero y febrero. 

Tampoco hay duda, de que el pico epidémico de accidentes, observado durante las fiestas de fin de año, también se correlaciona con causas de origen humano, y que en gran parte pueden ser prevenibles, para conseguir que mejoren nuestros registros, en relación a los países más desarrollados. 

En los accidentes automovilísticos, la población de mayor riesgo, está dada por los conductores de menos de 25 años, a pesar de poseer una mayor velocidad de reacción, mejor visión y audición. La causa, más difícilmente prevenible, estaría en una menor experiencia, y personalidad más extrovertida, con tendencia a buscar emociones y riesgos, con menor grado de responsabilidad familiar. 

La causa asociada, más prevenible, se relaciona con el aumento en el consumo de alcohol y drogas, que se observa in crescendo en los últimos años, entre la población joven. Y no hay duda, que el alcoholismo se encuentra involucrado, en el pico epidémico del período referido. 

El consumo de alcohol excesivo, lleva en una primera etapa eufórica, a que el conductor pierda su capacidad normal en la evaluación de riesgos, con una tendencia no controlada, para aumentar la velocidad, e intentar maniobras imprudentes. 

Drogas estimulantes, producen efectos similares. El alcohol, también dilata el diámetro de la pupila (midriasis), y ello facilita el encandilamiento, con pérdida del control del vehículo. 

En una segunda etapa, los efectos del alcohol deprimen el sistema nervioso central, con tendencia al sueño, disminuyendo la capacidad de atención, y la velocidad en las respuestas automáticas. 

A veces, cuando el sueño hace perder totalmente el control del vehículo, se observa que el conductor, al apoyar inadvertidamente su pie sobre el acelerador, causa una violencia mucho mayor del impactocon consecuencias más graves, a menudo mortales.  

Las campañas públicas, en medios masivos de comunicación, con divulgación de eslóganes, por ejemplo si toma, no maneje , contribuyeron a educar en un sentido preventivo, con una mayor conciencia del riesgo. También ayudó, implementar controles más exhaustivos, con determinación de la alcoholemia de los conductores, con los efectos médico legales correspondientes, para aplicar severas medidas punitivas. 

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