¿Es posible? Sí. ¿Se puede amar a estos hijos y aún estar arrepentidas? Sí. He escuchado, leído y hablado con pacientes y quiero aclarar que arrepentirse no es odiar.
Hola, ¿cómo están?
Me levanto y antes de ir al baño tomo mi celular como todas las mañanas para ver la hora. De paso, miro Facebook que me convierte en “antigua”, ya que ahora hay otras redes sociales más pro. Leo este titular, aunque confieso que ya no me impacta. Esta idea salta a luz a mediados de 2016 de la mano de Orna Donath, escritora y socióloga Israelí, con su libro: “MADRES ARREPENTIDAS”. ¿Es acaso esto posible? Sí. ¿Se puede amar a estos hijos y aún estar arrepentidas? Sí. He escuchado, leído y hablado con pacientes al respecto, por lo cual me gustaría aclarar que arrepentirse no es odiar.
Hablar y reconocer que esto le pasa a algunas mujeres es abrir la puerta hacia un tema tabú, como el hecho de reconocer que si se pudiera retroceder el tiempo, tal vez algunas mujeres hubieran decidido no ser madres. Es una realidad que choca, moviliza y habilita a ser una sociedad más abierta y respetuosa de los otros y sus decisiones. Somos seres humanos que vamos cambiando de parecer, de manera de pensar y de manejarse. Arrepentirse no tiene nada que ver con ODIAR. No es desear mal, puede ser algo simple. Aunque a algunas mujeres (sobre todo por prejuicios) les cueste aceptar, les gustaba más su vida antes de tenerlos y están arrepentidas de haberse embarcado en esta aventura de tener un hijo, por más que velen por sus hijos, los cuiden y amen.
Lo primero es aprender a no juzgar a los demás, para luego tampoco ser juzgados. Respetar para que nos respeten. Como personas humanas, sabemos que tenemos DERECHO a equivocarnos y a tomar a veces decisiones erróneas. De todas maneras somos RESPONSABLES de las decisiones que tomamos. Por eso hay madres ejemplares que también pueden tener este sentimiento. Como también hay madres que piensan que la maternidad es lo mejor que les pasó en la vida y no son ejemplares.
¿Por qué esta socióloga decide hablar de un tema tan controversial? Para que tanto hombres como mujeres empiecen a ser libres de introyectos sociales, de deseos ajenos o simplemente aceptar que las cosas a veces no son como uno se imagina. Es un quiebre en la sociedad patriarcal, donde cae el mito de la maternidad como objetivo de todas las mujeres y como fuente aseguradora de felicidad, lo que se llama “realización femenina”. Libradas de este peso, las mujeres podrán decidir si quieren ser madres o no y dejar de ser estigmatizadas como “raras” si no desean tenerlos.
Los hijos no vienen al mundo a hacernos felices. Esta experiencia será vivida de distinta manera por distintas personas. ¿Cuál es mejor? Ahí está el punto, somos todos diferentes. Cada uno sabe o piensa cómo será tenerlos o no. Lo importante es hacer lo que dicte el corazón y no la sociedad. Tener hijos no por obligación sino por deseo. Respeto por igual tanto a madres como las que no son madres. Dejar de estereotipar pensando que si una mujer ya tiene un hijo ya está realizada, esto es una carga muy grande para cualquier hijo. El hijo puede formar parte de la realización de una mujer, sin embargo, todas tenemos que tener más fuentes de gratificación. Una carrera, amigos, pareja, un perro, un hobbie, esto varía de mujer a mujer.
Los veo en la próxima entrega. Recordemos que las personas no son mejores ni peores que nosotros por pensar distinto. Creo que el respeto es la base. Que siempre gane el Amor. Es decir: tanto a las madres que deciden serlo, como aquellas que no o quienes se arrepienten, llenen su vida de AMOR, lo cual implica aceptar al otro como es y piensa.
Por: Viviana Vaisenberg
Terapeuta del Comportamiento
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