Aunque parezca paradójico, es verdad. Muchas veces, después que nace el bebé, las mujeres sufren la famosa ‘depresión post-parto’.
Este sentimiento es independiente de la forma en que se haya desarrollado el parto: no importa si fue rápido, lento, si el papá estuvo presente, si el bebé nació en perfectas condiciones o con alguna dificultad… se trata de un sentimiento difícil de controlar relacionado con el cambio en la producción de hormonas, pero también en la nueva responsabilidad, el cansancio, las visitas familiares, etc.
Este sentimiento suele durar unas tres semanas y de a poco va desapareciendo, por lo que no debes preocuparte si sientes ganas de llorar, si estás hipersensible, si sentís que no te comprenden… es normal y lo viven muchas mujeres.
Lo que sí es una realidad, es que el cansancio no ayuda a superarlo, por lo que debes tratar de dormir cuando el bebé lo hace, pedir ayuda a tu marido o a tu mamá y olvidarte de la cocina o la limpieza de la casa por unos días.
Si el tiempo está lindo, salir a pasear con el bebé, estar al aire libre y tomar aire fresco puede ayudar a la distensión, además de ayudar a tu cuerpo a volver a su estado anterior. Aunque por supuesto, debes saber que la recuperación lleva un tiempo y que es probable que la ropa que usabas antes no te quede bien por unos meses. No intentes hacer dieta enseguida, ya que eso no hará más que hacerte sentir más cansada y agotada.
También es importante que puedas expresar lo que sientes, compartiéndolo con tu familia o con una buena amiga. Dejar a tu bebé por una hora para ir a tomar algo con una amiga, puede hacer mucho bien. Y por último, sentarte a contemplar a tu bebé: seguro que sólo mirándolo por unos instantes, recuperás la fuerza y energía perdida.