La Pascua es una de las celebraciones más importantes para diversos pueblos y culturas. Constituye una maravillosa conjunción de ritos, culturas, creencias y leyendas del imaginario colectivo.
El verdadero origen de la Pascua se remonta al año 1513 antes de Cristo, cuando el pueblo judío comenzó a celebrar cada año, en memoria de su liberación. Es decir, la Pascua era la celebración que recordaba el éxodo desde Egipto, hacia la Tierra Prometida del pueblo hebreo.
En la víspera del primer día, se comían hierbas amargas mojadas en vinagre, para recordar la tristeza de la servidumbre. Y se narraban en tono cadencioso cánticos que hacían alusión a las diez plagas de Egipto.
Durante los siete días posteriores al 14 de Nisán (mes del calendario israelita correspondiente a marzo – abril del calendario español), el pueblo hebreo sólo comía pan sin levadura (no fermentado), al que llamaban “ázimo” o “pan de aflicción”.
Para los cristianos, la Pascua es la fiesta instruida en memoria de de la resurrección de Cristo.
No obstante, existe una tercer interpretación que es la que manifiesta la Pascua Florida (en ingles “Easter”). Sus orígenes son controvertidos: por un lado, la historia cuenta que se remontan a la fiesta primaveral en honor a la diosa de la luz y la primavera, conocida como “Easter” que tenía como símbolos al huevo y la liebre o conejo; por otro, y según el libro Medieval Holidays and Festivals: “la celebración de la Pascua Florida recibió su nombre (Easter), en honor a Eostre, diosa germánica del alba y la primavera”.
Con el paso de los años la tradición ha fusionado el significado cristiano con ceremonias paganas y los antiguos rituales se han reasimilado bajo nuevas manifestaciones en los distintos lugares del mundo.
El huevo de Pascua
Sin duda, de todas las costumbres pascuales, la más popular es la de los huevos de Pascua.
Durante mucho tiempo, estuvo prohibido comer carne y huevos en Cuaresma. Por eso, el día de Pascua, la gente corría a bendecir grandes cantidades de huevos para comerlos en familia y distribuirlos como regalo a vecinos y amigos.
Durante la Edad Media, en Semana Santa, era común que los censos feudales se pagaran con huevos. Y se estipulaba que el día de pago fuese el domingo de Pascua.
Entre los siglos XVII y XVIII, a la salida de la misa pascual, se ofrecían al monarca cestas cargadas de huevos dorados y decorados artísticamente.
También en Persia, como en Grecia y Roma, era muy común pintar huevos y comerlos en las fiestas, en honor a la primavera.