La Poliomielitis es una enfermedad contagiosa que es causada por un virus que ataca al sistema nervioso y puede causar parálisis en cuestión de horas.

Se transmite como cualquier otro virus: a través del contacto ano-mano-boca. Se elimina por las heces o salivas, que pueden entrar fácilmente en contacto con la mano y transmitirse de persona  a persona.

Los síntomas iniciales son: fiebre, cansancio, cefalea, vómitos, rigidez del cuello y dolores en los miembros. 1 de cada 200 casos presenta parálisis irreversible (por lo general en las piernas), y de un 5% a 10% de esos casos fallecen por parálisis de los músculos respiratorios.

Muchos casos son completamente asintomáticos. Precisamente eso resulta ser un problema ya que una persona que no presenta síntomas genera que el virus se expanda fácilmente en la población. Un método para evitar la propagación es mantener medidas correctas de higiene como el lavado frecuente de manos y el  control de los desperdicios.

Si bien no hay cura para esta enfermedad si se puede prevenir mediante la vacuna que debe ser administrada en la infancia. La vacuna activa el sistema inmune para que identifique y elimine el virus si se entra en contacto con él. 

Esta enfermedad afecta principalmente a niños de 5 años de edad lo que significa que es una gran dama tanto para familias como para los países afectados ya que vuelve vulnerable a la población más joven. Desde 1988 la OMS trabaja para ello y ha conseguido erradicar en casi todos los países del mundo.

En algunas regiones (Afganistán, Nigeria y Pakistán) aún se registran casos de esta enfermedad. No obstante, en el mes de mayo de este año se ha registrado un aumento de diferentes brotes en varios países por lo que la OMS ha declarado a la enfermedad como “emergencia de la salud pública de importancia internacional” y solicita el trabajo conjunto de todos los estados miembro. La organización considera que la propagación internacional de la Poliomielitis es un riesgo para la salud pública de todos los estados por lo que es fundamental organizar una respuesta a nivel mundial. 

Existen pruebas que indican que los viajeros adultos son los responsables de la transmisión por lo que la Organización Mundial de Salud recomienda que los viajeros estén vacunados y  publicó recomendaciones sobre vacunación. Uruguay,  desde el 2012, autoriza al uso de la vacuna inactivada para viajeros con el objetivo de minimizar el riesgo de importación.  

A su vez, El Ministerio de Salud Pública da autorización médica para un refuerzo de la vacuna para  las personas mayores de 18 años que viajan a países con casos de Polio o  utilizan la vacuna oral y tienen malas condiciones de saneamiento. 

En nuestro país la poliomielitis está erradicada. El último caso registrado es de fines de la década de los ‘70 y esto es gracias a la vacunación y mejoras de saneamiento. Hasta el año 2012 la vacuna era oral. En mayo de 2012, y por razones de seguridad, el Poder Ejecutivo a través de un decreto cambió al uso de vacuna inactivada inyectable, como sucede en muchos otros países. Casi el 100 % de los niños reciben la vacuna. 

Fuentes: www.who.int, www.webconsultas.com, Zenithoptimedia
Imagen: morguefile.com 

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