Lo que todos los padres quieren saber: ¿Cuánto y cómo debe dormir el bebé?

Primero tenemos que tener en cuenta que no todos duermen igual: están los que son más dormilones y los más activos. Pero sea como sea nuestro bebé, los papás tenemos que velar porque duerma lo mejor posible, ya que el sueño es una función vital, que ayuda a mantener el equilibrio entre el cuerpo y la mente. Dormir nos permite recuperar la energía que gastamos en el día y nuestro organismo se encarga de regular procesos de secreción de hormonas y producción de anticuerpos.

 Pero el sueño es un gran signo de interrogación de la Medicina; se conoce relativamente poco de él. Sí se sabe que es necesario y que por algún motivo los niños chicos y sobre todo los bebés duermen más. Durante el sueño se secretan sustancias como la hormona del crecimiento que va a contribuir al desarrollo adecuado del bebé.

 ¿Boca arriba o boca abajo?

 A lo largo del tiempo se nos han presentado diferentes justificaciones sobre la postura del bebé. hoy por hoy se recomienda que los bebés duerman boca arriba o de costado, pero nunca boca abajo. Esto tiene que ver con la prevención de la muerte súbita del lactante ya que estudios demostraron que dormir boca arriba disminuye el riesgo. Muchas madres tienen miedo de que colocando a los bebés boca arriba se asfixien si vomitan (porque se tragarían el vómito); esta es la razón principal por la que hace unos años se recomendaba poner a los bebés boca abajo. Pero ahora se comprobó que si el bebé llegara a vomitar, automáticamente torcería la cabeza hacia un lado, evitando la aspiración del vómito.

 El primer año de vida es el período durante el cual los bebés realizan más cambios en su forma de dormir. Los recién nacidos duermen entre 16 y 20 horas al día, pero se despiertan más seguido. A medida que crecen, van necesitando menos horas y sus noches se hacen menos interrumpidas, para alegría de los padres. En el tercer mes ya necesitan entre 14 y 15 horas diarias de sueño, y si al sexto mes hemos logrado acostumbrarlos, pueden dormir toda la noche de un tirón. En estos casos descansan unas 10 horas de noche, y una siesta de entre dos y cuatro horas a la tarde. Algunos bebés siguen haciendo también  una siesta más corta antes del almuerzo.

 Los padres debemos observar la forma de dormir de nuestro bebé, prestando especial atención a detalles como la forma y estado de ánimos al momento de despertarse. Si durante el día están somnolientos y se muestran más nerviosos e irritados de lo normal, pueden estar teniendo algún trastorno del sueño, y sería bueno solucionarlo antes de que se vuelva serio.

 Hay que tener en cuenta que una vez que se forman los hábitos, cambiarlos es muy difícil. Por ejemplo, si el bebé  acostumbra a dormir en la cama de los padres, se va a adaptar a esa forma de dormir y le va a costar mucho conciliar el sueño en otra cama o con otra compañía. A veces se despiertan en medio de la noche porque están acostumbrados a ser alimentados a cierta hora. Si el bebé ya pesa más de 5,5 kilos, debería ser alimentado tarde en la noche, y no debería volver a pedir hasta temprano en la mañana. No hay evidencia de que darle cereales o alimentos espesos favorezca el hecho de que duerma toda la noche de corrido desde una edad más temprana, aunque muchos padres que lo han experimentado lo recomiendan.

Algunos tips que favorecen el buen descanso

  1: Establecer rutinas

Los niños deben entender que la hora de dormir se acerca. Bañarse, ponerse el pijama, lavarse los dientes, escuchar un cuento, ser acunado o amamantado los ayuda a tener un orden más o menos estable para que para que puedan anticipar lo que viene y así ir encontrando la calma. También se recomienda bajar la intensidad de ruidos y luces en toda la casa.

2: Naturaleza y deportes

Cuanto más ejercicio físico realicen los chicos, mejor dormirán. Aún en invierno, vale la pena sacarlos un rato. A los bebés se los puede llevar en  cochecito y de todos modos el aire fresco les hará bien.

3: Alimentación

La alimentación también puede influir en el sueño. Comidas que contienen cafeína (algunas golosinas y gasesosas, por ejemplo), o con un alto contenido de azúcar, conservantes y colorantes deberían evitarse en la noche.  También los bebes que toman complemento pueden ser sensibles a alguno de sus componentes.

 4: Dieta de la mamá

En el caso de bebes amamantados, es útil prestar atención a la dieta de la mamá.  A veces el café y el alcohol pueden estar interfiriendo. No es lo más común, pero ante la falta de sueño, vale la pena indagar.

  5: Compartir habitación

Hay bebés que no pueden conciliar el sueño en un cuarto solos, que necesitan durante un tiempo más largo sentir la presencia física de los padres (o de otros hermanos) para dormir con tranquilidad. Si tu bebé no descansa bien, podés probar dejarlo en tu habitación unos meses más.

 6: Respetar las siestas

Algunos padres creen que una solución para las noches sin sueño es privar al bebe de la siesta. Normalmente esto no funciona. En los niños, el agotamiento excesivo interfiere con el buen descanso.

 7: Un espacio adecuado

Esto implica tanto ropa cómoda para el bebé como edredones suaves que lo ayuden a sentirse confortable. Cuando los bebés son muy pequeños suelen preferir espacios reducidos, por lo que si la cuna es muy grande, se puede “achicar” con almohadones a los costados.

 8: Ajustá tus expectativas

Despertarse varias veces, aunque para nosotros sea una pesadilla, no es portarse mal. Sobre todo en períodos especiales como cortar dientes, estar enfermos, comenzar el jardín, etc., es normal que el sueño no sea continuo.  La empatía y la comprensión que tengamos los padres durante la noche es más que importante para ellos.

9: Encontrá tu fórmula

Hay muchas formas de hacer dormir al bebé. Hamacarlo, cantarle,  acariciar su espalda, realizarle masajes o bañarlo  justo antes de acostarlo. Leé, informate y probá hasta descubrir lo que mejor se adapta a tu bebé.  Incluso las fórmulas pueden ser diferentes para tus distintos hijos.

 10: ¡Mantené la calma!

Cuanto más apurada estés para que se duerma, más chances hay de que demore en hacerlo. Esto aplica tanto a la hora de acostarlo como cuando se despierta en la madrugada. El bebé percibe tu estado de ánimo y necesita que le transmitas paz y seguridad para entregarse al sueño. Si no te sentís con fuerzas para hacerlo ese día debería ocuparse el papá. ¡Las tareas se comparten día y noche!

Se duerme fácil pero se depierta a cada rato

 Los ciclos de sueño de un bebé son mucho más cortos que los de un adulto: durante el tiempo que duerme, se despierta muchas veces, brevemente. Un adulto también se despierta durante la noche pero normalmente concilia el sueño casi instantáneamente; en cambio los bebés tienen a veces dificultades para hacerlo, simplemente porque necesitan aprender cómo hacerlo y para esto es que frecuentemente nos piden ayuda.

La segunda razón de porqué los bebés se despiertan durante la noche está relacionada con el instinto de supervivencia: ellos tienen un sueño mucho más liviano que el de un adulto porque así pueden despertarse fácilmente ante situaciones amenazantes o incómodas: hambre, humedad, incomodidad o dolor. De hecho hoy los expertos están de acuerdo en que promover que un bebé pequeño duerma muy profundamente puede atentar en contra de su bienestar e inclusive de su vida.

 ¿Qué hago si llora?

La sociedad moderna está dividida entre quienes piensan que “al bebé hay que dejarlo llorar para que aprenda a dormir solo” y quienes creen que “si  llora es porque necesita algo y debemos acudir”. La realidad es que no hay verdades absolutas ni leyes comprobadas y los padres deberían seguir sus propios instintos. Lo que nunca debemos olvidar es que el llanto es el lenguaje que usa el bebe para comunicarse. Es la forma más clara, urgente y directa que tiene para hacerlo. Todavía no sabe decir: tengo miedo, tengo hambre, me pica,  quedate conmigo, necesito tus caricias.

 Casi siempre, solamente alzándolo y colocándolo sobre tu pecho, el bebé dejará de llorar. Pero hay bebés más temperamentales que otros y algunos especialmente sensibles al estrés de la madre o el hogar y eso dificulta su descanso.

Si repetidamente ni el pecho ni los brazos lo calman, es recomendable que consultes al pediatra para descartar cosas como reflujo o  cólicos.

Cuando los niños duermen toda la noche, generalmente es porque aprendieron a dormirse después de despertarse brevemente cada cierto tiempo (cinco o seis horas). Esto depende mucho de la madurez del cerebro y del sistema nervioso. Si bien el hecho de que un bebé duerma cinco o seis horas seguidas todavía deja bastante que desear a los padres, los pediatras lo consideran muy correcto.      

Leé la entrevista realizada a Rosario Hernández que cuenta cómo solucionar los problemas para dormir en niños y adultos. 

Fuente: “The no-cry sleep solution”, Elisabeth Pantley.

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