Estamos abrumados con la carencia de valores que padece nuestra sociedad. Pero que nuestros hijos no sean parte de esa realidad, depende de nosotros. Incluir en la educación el tema de los valores es una buena forma de empezar.
La generosidad y solidaridad son dos valores inseparables. Se trata de anteponer la necesidad del otro ante la nuestra; de dar lo que uno tiene, no lo que le sobra. Y de hecho, ese es el verdadero amor: dar lo que el otro necesita. Transmitir estos valores a nuestros hijos significa que crezcan en un mundo siendo conscientes de sus capacidades y responsabilidades hacia el otro. Servirá para que valoren lo que tienen y se sientan responsables de cambiar la realidad que les rodea.
¿Cómo enseñarle a tu hijo a ser solidario?
Es fundamental que la enseñanza comience por uno mismo. Hay que ser generoso para predicar con el ejemplo. Aunque te parezca que ellos no se darán cuenta, sí lo hacen. Ayudá a un amigo, participá de un voluntariado. Tu hijo verá que no sos indiferente a la situación del otro y querrá también aportar su granito de arena.
Es bueno enseñar que darse al otro es un camino para cambiar su realidad; pasar tiempo o ayudar al necesitado. Por eso, enseñarle a valorar lo que tiene y a dar lo que tiene y no lo que le sobra puede ser un comienzo. Hay que hacerle entender que donar su juguete preferido, no significa tristeza, sino felicidad.
También es importante transmitirle que ser generoso significa ofrecer ayuda sin esperar nada a cambio. Porque la solidaridad no es hacer algo con tal de conseguir un beneficio, sino que simboliza el dar sin intención de recibir.
Otra manera de que el niño comience a ser generoso desde chico es enseñándole a cuidar las cosas para que puedan ser utilizadas por otras personas cuando él ya no las necesite. La donación de libros, ropa y juguetes en buen estado es otra manera de ser solidario.
Involucrá a tu hijo en el cambio social
La página solohijos.com propone algunas ideas para incentivar al niño a llevar a cabo un proyecto.
- Tener en cuenta en qué se destaca tu hijo. Hacer que ayude al otro según los intereses o talentos que tenga es una manera de estimularlo y, a la vez, hacerlo sentir cómodo con en el proyecto. Por ejemplo, si le gusta la ecología podrían dedicarse a plantar para luego donarlo a un comedor, por más de que no sea una donación grande, sí es significativa. Él verá cómo es posible hacer lo que le gusta y ayudar a los demás al mismo tiempo.
- Pensar juntos qué caminos pueden ser los más eficientes. Por más locas que puedan ser las ideas que tiene tu hijo, algunas podrán ser efectivas. Si quiere ayudar un vecino que vive solo, puede pensar en ir a hacerle los mandados o visitarlo y jugar a las cartas.
- Ayúdalo a planificarse. Si va a jugar a las cartas con el vecino, quizás puedas colaborar con las cartas y un bloc para que anote las partidas. También estimúlalo para que invite a sus amigos o primos a involucrarse en el proyecto.
- Cree en él. Si ve que tú confías en lo que está haciendo, se sentirá incentivado y seguro de que lo que hace es un camino para cambiar el mundo.
Es importante que tu hijo sea consciente desde pequeño que el cambio del mundo dependerá de que cada uno tome una posición activa ante la injusticia, por eso es necesario que entienda la importancia de la solidaridad desde pequeño y que entre todos podemos construir un mundo mejor.