Aunque el canasto de los juguetes esté hasta el tope, hay ocasiones en las que no queda más remedio que echar mano de los más variados elementos caseros para entretener a los pequeños.
Aunque el canasto de los juguetes esté hasta el tope, hay ocasiones en las que no queda más remedio que echar mano de los más variados elementos caseros para entretener a los pequeños.
La cocina nos ofrece un sinfín de juegos improvisados: una cuchara y una tapa o una cacerola son un estupendo tambor, y un colador de plástico, un artilugio muy divertido para la bañera, los servilleteros se pueden utilizar como pulsera, posavasos sirven para amontonarlos una y otra vez, y el tupo de cartón del rollo de papel de cocina para mirar a través de él.
Tampoco hay que olvidar las naranjas, los pomelos y las mandarinas, que ruedan y se pueden lanzar muy lejos.
En el resto de la casa también hay cosas interesantes, por ejemplo un canasto lleno de retazos de telas de colores, y mejor aún si son de diferentes tejidos, para que el niño note las diversas texturas. Almohadones, ovillos de lana, potes vacíos de crema (de plástico), revistas y diarios para romper, y cajas de cartón de varios tamaños, son recursos maravillosos que muchas veces se convierten en sus juguetes preferidos.
En la creatividad sin duda alguna, puede estar la mayor diversión para nuestros pequeños. Manos a la obra.