La Toxoplasmosis es una zoonosis, es decir, una enfermedad que se transmite del animal al hombre. Es una enfermedad parasitaria, producida por un protozoario que se llama Toxoplasma Gondii. Las mujeres embarazadas deben tomar ciertas medidas de precaución para evitar ciertos riesgos.

¿Cómo se pueden contagiar los humanos?

Los humanos pueden contraer la toxoplasmosis de diferentes maneras: estando en contacto con las heces de gatos infectados de Toxoplasmosis, ingiriendo carne cruda o poco cocida que esté contaminada de Toxoplasmosis, ingiriendo frutas, verduras u hortalizas mal lavadas o estando en contacto con tierra o arena donde defecan los gatos. A su vez, las mujeres embarazadas con Toxoplasmosis pueden transmitir el parásito al feto. Como señala la Doctora en Medicina y Tecnología Veterinaria María Clara Herrera, “las embarazadas son la población de riesgo porque al contraer la enfermedad durante el embarazo pueden tener un bebé con problemas en el sistema nervioso, hígado o vista o incluso abortar”. 

 

¿Cuáles son los síntomas? 

Depende del organismo de cada persona infectada. Hay personas que no presentan ningún síntoma y otras que sufren consecuencias graves. Por lo general, los desnutridos y los inmunodeprimidos son los que tienen más riesgos de presentar síntomas graves. La Dra. Herrera indica que “los niños, hombres y mujeres no embarazadas presentan síntomas de fiebre, dolor muscular y decaimiento. Al cabo de unos días elaboran anticuerpos (defensas) y no vuelven a contraer la enfermedad quedando protegidos para toda la vida”.

Aproximadamente un 10% de mujeres embarazadas con Toxoplasmosis tienen síntomas como decaimiento, cansancio y fiebre. Como señala la Dra. Herrera, “los síntomas son similares a los de un estado gripal fuerte”. Cuando las mujeres se contagian en el embarazo pueden transmitirle la enfermedad al feto, lo que sí puede traer riesgos mayores. A esto se le llama “Toxoplasmosis congénita”. Los bebés que se infectan en el primer trimestre del embarazo son los que sufren consecuencias más graves (por ejemplo aborto espontáneo, hidrocefalia, problemas oculares o calcificaciones cerebrales). 

Aproximadamente el 90% de niños que tiene Toxoplasmosis congénita no presenta síntomas en la lactancia inicial pero sí un gran porcentaje presenta síntomas meses o años después. Los que presentan síntomas al nacer pueden ser prematuros o muy pequeños. Algunos de los síntomas: fiebre, ganglios linfáticos inflamados, ictericia, cabeza anómalamente grande o pequeña, erupción, moretones o sangrado bajo la piel, anemia, bazo o hígado agrandados. A su vez, algunos bebés pueden tener anomalías en el cerebro y el sistema nervioso que pueden causar convulsiones, bajo tono muscular, dificultades de alimentación, pérdidas auditivas, retraso mental. También pueden tener algún problema en la visión. 

 

¿Cómo diagnostican la Toxoplasmosis? 

  • La Toxoplasmosis se puede diagnosticar con pruebas de laboratorio que detectan la presencia de parásitos en el líquido amniótico, en la sangre, la placenta, la médula ósea, los ganglios linfáticos u otros tejidos corporales. 
  • Se puede detectar la cantidad de anticuerpos mediante un análisis de sangre.
  • También existen estudios genéticos que ayudan a detectar los genes de los parásitos de la Toxoplasmosis. 
  • Las ecografías pueden ayudar a diagnosticar la Toxoplasmosis congénita. 

 

¿Cuál es el tratamiento?

Por lo general, las personas que tienen Toxoplasmosis y no están embarazadas ni tienen el sistema inmunitario debilitado, no deben recibir tratamiento, ya que los síntomas van a ir desapareciendo de a poco (como los síntomas que provoca la gripe). Igualmente, siempre es recomendable consultar con el médico tratante. 

Las mujeres embarazadas con Toxoplasmosis deben recibir tratamiento para reducir los riesgos que puede traer la enfermedad al feto. Como señala la Dra. Herrera, “el tratamiento sólo se practica en humanos con Sulfadiazina y Pirimetamina conjuntamente con vitaminas del Complejo B”.

Es importante que los niños que nacen con Toxoplasmosis congénita reciban tratamiento durante la etapa de la lactancia para evitar riesgos en la infancia o la adolescencia. Posiblemente el pediatra recetará combinaciones de medicamentos contra la enfermedad.


¿Cómo evitar la Toxoplasmosis?

La Dra. Herrera recomienda:

  • Consumir carne bien cocida, evitando la de cerdo y ovina.
  • Lavar muy bien las frutas y verduras.
  • Si tienen gatos, laven periódicamente la bandeja con agua hirviendo, eliminen las heces en el inodoro y enjuaguen una vez por semana con iodofon o amoníaco.
  • Es importante que su gato no cace pájaros y roedores. 
  • No de a su felino carne cruda. 
  • Administre solamente alimentos balanceados, con este tipo de alimentación tiene 100% de seguridad de que su mascota no se infectará del Toxoplasma Gondii. 
  • Las embarazadas deben evitar el contacto con gatos callejeros. A su vez, no deben encargarse del aseo de la bandeja de los gatos. 
  • Eviten que los niños muy pequeños se encarguen del aseo de la bandeja sanitaria. 
  • Las embarazadas no deben abandonar a los gatos o regalarlos. Soliciten a un médico el examen de Toxoplasmosis y consulten con un Veterinario para que le realice el mismo al gato.

Serología para Toxoplasmosis:

Las embarazadas deben realizarse la serología para Toxoplasmosis en el primer control del embarazo. 

Sobre los resultados:

Si los anticuerpos Ac IgG son positivos y los Ac IgM son negativos: la embarazada ya tuvo la enfermedad y por lo tanto está inmunizada para toda la vida. No tiene riesgos de tener la enfermedad en ningún embarazo. Esto también protege al feto.

Si los anticuerpos Ac IgG son negativos y los Ac IgM son también negativos: existen riesgos. Pueden contagiarse la enfermedad en el embarazo y pueden transmitirla al feto.

Fuentes consultadas:

Toxoplasmosis en www.kidshealth.org

Nota de la Doctora en Medicina y Tecnología Veterinaria María Clara Herrera Toxoplasmosis en www.mundobebe.com

Imagen: www.morguefile.com

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